Hace poco el presidente del Principado, Javier Fernández, envió una carta a los dirigentes de Podemos e IU. En la misma, reiteraba su oferta para sentarse a negociar «una alternativa progresista, social y de futuro». Hasta ahí, digamos, normal. Fernández pretende allanar el camino que le queda. Llevar lo mejor posible este calvario, con desavenencias y choques continuos en el Parlamento, para así tener un final feliz (o casi). No es la primera vez que esto sucede –en los presupuestos pasa un tanto de lo mismo- siempre con idéntico resultado: los pactos entre la izquierda a día de hoy parecen imposibles. Las diferencias, salvo con IU, insalvables. Pues bien, lo sorprendente viene en la segunda parte de esta misiva. Esto es, cuando pone a Gijón como materia de intercambio en esa supuesta negociación. Ofrece «recuperar un gobierno progresista» para esta ciudad, aunque no sabemos muy bien cómo. Es decir, de qué manera salvaría los obstáculos que hasta el momento ha sido imposible superar. Si recuerdan, lo de un gobierno municipal de izquierda para Gijón es algo ya casi cansino. Un mantra pertinaz como una lluvia fina. La suma de IU, Xixón Sí Puede (XSP) y PSOE daría, claro está, el Consistorio a los tres partidos. Sin embargo, el acuerdo que posibilitaría este cambio se muestra lejano. Muy lejano, diría yo. Mociones de censura virtuales, nuestra alcaldesa, Carmen Moriyón, las sufre cada dos por tres. Ahora bien, ese supuesto tripartito que llevaría el cielo a la izquierda, bien es cierto, nunca estuvo cerca. Es más, en un artículo publicado el pasado domingo en estas mismas páginas, el portavoz de XSP en el Ayuntamiento, Mario del Fueyo, lo dejaba claro. Decía que las circunstancias políticas para llegar a un pacto no habían variado ni los más mínimo: siguen considerando a los socialistas responsables de muchos de los males de esta ciudad y, por tanto, no quieren hacerse corresponsables. Entonces, pregunto, ¿qué ha llevado a Javier Fernández a formular esta propuesta? ¿Es quizá un intento a la desesperada de salvar a un gobierno asturiano acosado por las reprobaciones y dimisiones de consejeros? ¿Qué cree que se puede hacer que no se haya intentado ya? Además, existe otro matiz: el lugar en el que deja a la agrupación local. Después de la rectificación del nuevo consejero de Infraestructuras, Fernando Lastra, aceptando el nuevo plan de vías; tal parece que esto añade leña al fuego. Ningunea de forma descarada al socialismo gijonés sacándolo al mercado. Seguimos gobernando en Oviedo sin mayores complicaciones y a cambio entregamos la alcaldía. Cambio de cromos en toda regla.