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Jose Manuel Balbuena

RETORCIDA REALIDAD

Cuernos y entelequias.

Foto: DAMIAN ARIENZA, Gijon, Lunes 14 Agosto 2017 FIDMA , izquierda unida Asturias, Gaspar llamazares, ArguellesLo de Gaspar Llamazares con IU se parece mucho a una infidelidad de pareja. Y como todos sabemos, cuando eso pasa dentro de la vida conyugal, nada vuelve a ser igual. Ni la confianza, ni la convivencia, ni la relación en general. Todo ello, pese a que haya habido un perdón manifiesto por el medio, como es el caso. Llamazares creó e inscribió un partido a espaldas de la coalición. Su razón fue que se trataba de una mera una fórmula instrumental para salvaguardar el nombre de «Actúa», que así se llama la nueva formación, sin mayores consecuencias. Ahora bien, esto, como no podía ser de otra manera, no fue entendido así y sentó fatal dentro de sus propias filas. Es más, hubo muchas voces que exigieron de inmediato la dimisión del portavoz parlamentario. El coordinador regional de la formación, Ramón Argüelles, lidió con el desliz como pudo. Vamos, lo de pelillos a la mar. Incluso se dieron un paseo conjunto por la Feria Internacional de Muestras de Gijón, para escenificar que el affaire estaba superado por ambas partes. Sin embargo, la relación quedó muy tocada. Puede que en Asturias miren para otro lado, pero en Madrid no. Han tomado nota y hacen lo de: ni olvido, ni perdono. No hay día en que alguno de los dirigentes nacionales se refiera a Llamazares en tono hosco. Los dardos envenenados vienen uno tras otro, demostrando que existe una guerra abierta y sin concesiones. Empezó el coordinador federal, Alberto Garzón, diciendo que «iba a su bola». Le siguió el secretario de Organización federal, Ismael González, asegurando que «debe hacer lo acordado en la asamblea general». En resumen, que a nivel nacional no piensan poner el cuentakilómetros a cero, por mucho que aquí lo quieran. Entre tanto, en nuestro paraíso seguimos dándole vueltas a la famosa gran coalición de izquierdas: PSOE, IU y Podemos. Sin duda, una entelequia que se lleva barruntando durante toda la legislatura y que, cada vez, parece más irreal. Tanto, que ahora, con este terremoto dentro de IU y sus posteriores secuelas, se hace aún más difícil de creer. Ya nadie ve que pueda llevarse a cabo, salvo que sea por intereses propios. Los socialistas se encuentran inmersos en una campaña de primarias. Todos los candidatos venden esa supuesta imagen de unidad de la izquierda, de la cual, obviamente, ellos serían los líderes. También a IU le interesa difuminar sus problemas con un presunto pacto. En cambio, Podemos es el más tranquilo. Sabe de sobra que no necesita este apaño y, por eso, pone condiciones imposibles. A estas alturas, aunque todavía quede bastante legislatura por delante, casi todo el pescado está vendido.

 

Por JOSE MANUEL BALBUENA

Sobre el autor

Economista y empresario. Colaborador de EL COMERCIO desde hace ya muchos años. Vamos, un currante en toda regla


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