>

Blogs

Jose Manuel Balbuena

RETORCIDA REALIDAD

Sobre milongas y errores.

27521056-khtg-624x416el-comercioCuando se está hablando de urbanismo, en muchas ocasiones, se cae en lo cursi con un lenguaje ampuloso que nada significa y sirve para justificarlo todo. En el nuevo Plan General de Ordenación (PGO) que se está tramitando, esa fanfarria repipi y milonguera, también se da. Vean si no cómo Xixón Sí Puede (XSP) e IU justifican los cambios introducidos por ellos y que han sido aceptados. Dicen que el PGO «refleja el mestizaje y la pluralidad». ¿Qué demonios es eso? Así mismo, que Gijón va a representar «un modelo de ciudad sostenible, compacta, productiva y preservacionista». ¿Cómo? Pues bien, lo cierto es que toda esta prosopopeya sirve únicamente para ensalzar sus aportaciones. Algunas de ellas acertadas y otras, en cambio, no tanto. Comienzo por las primeras. A mí me parece bien la playa verde que se quiere realizar en la zona de El Riconín. Es lo que pide el entorno. Estaría mal, porque no pintan nada, que se construyeran edificios en primera línea marítima, pese a que el anterior planeamiento erigía una torre de apartamentos sin ningún pudor. De hecho, el bloque del Rick’s ya representa en sí una anomalía histórica: una cicatriz que afea un espacio urbano por recuperar. Por ahí, sin duda, nada que decir. Ahora bien, lo de que en los terrenos de Naval Gijón se quiera hacer un parque industrial me parece un error. Profundo y que traerá consecuencias en el futuro para la ciudad. No sólo porque retrasará, en el mejor de los casos, la urbanización de una zona del Natahoyo profundamente degradada; sino porque incluso puede acabar siendo otro proyecto fallido. Al parque Científico y Tecnológico de Cabueñes –cuyo exitoso modelo, según parece, se quiere imitar- se le van a añadir 90.000 metros cuadrados. Esto es, el Ayuntamiento está negociando la compra de los terrenos a la Tesorería de la Seguridad Social con ese fin. Pregunto, ¿no estaremos acaso creando demasiado suelo para este tipo de empresas? ¿No puede acabar el supuesto Parque Científico de Poniente en un chasco de órdago? Además, lo bueno es concentrar este tipo de industria limpia en un lugar concreto: más que nada, para que puedan aprovechar sinergias. Es decir, las mismas infraestructuras. Sin embargo, como un plan no deja de ser algo político, al final, se impide la edificación residencial. O sea, que se construyan pisos. Lo que, en definitiva, sería lo suyo. Dejar el suelo a la memoria de Naval Gijón por los siglos de los siglos para protegerlo, dicen, de la especulación. Vuelvo a preguntar, ¿cómo se construyó y urbanizó si no fue así Poniente? ¿Hubiese sido igual con esta especie de urbanismo ideológico? Yo creo que tampoco.

 

Por JOSE MANUEL BALBUENA

Sobre el autor

Economista y empresario. Colaborador de EL COMERCIO desde hace ya muchos años. Vamos, un currante en toda regla


septiembre 2017
MTWTFSS
    123
45678910
11121314151617
18192021222324
252627282930