El Consejo General del Poder Judicial exige respeto a la independencia judicial. Zapatero, tanto en una cumbre europea en Granada como ayer en la televisión pública, alaba a Garzón por su valentía en la lucha contra ETA. Rajoy critica que Zapatero le apoye y se olvide de otro juez denostado por el gobierno venezolano. Garzón reclama que tres vocales del CGPJ se abstengan de participar en las deliberaciones sobre su suspensión, asegurando, además, que todo es una venganza del PP por haber destapado el «caso Gürtel». Como ven, cuando se habla de Baltasar Garzón la mezcla de justicia y política es inevitable. Efectivamente, dicen bien sus partidarios que fue un gran bastión en la lucha contra ETA. Es más, no se le puede negar haber desmontado todo el aparto de soporte a la banda terrorista. Sin embargo, no es por nada de eso por lo que se enfrenta a tres querellas ante el Tribunal Supremo. Más bien, yo diría, que si está en esa situación es debido a sus propios errores. Pregunto si no, ¿qué necesidad tenía de abrir una causa contra el franquismo cuando existe una Ley de Memoria Histórica? ¿Por qué escribió una carta a Emilio Botín pidiéndole financiación para un curso en Nueva York? ¿Acaso no le daba el sueldo para ello? Si la instrucción del «caso Gürtel», como así se vio, era buena e iba en la dirección correcta, ¿por qué ordenó efectuar escuchas ilegales entre los abogados y sus imputados?

Si de algo se puede acusar a Baltasar Garzón es de rizar el rizo, de querer siempre dar una vuelta de tuerca más a las cosas. Ahora, según parece, los tres procesos podrían llevarle fuera de la carrera judicial. En estos días el GGPJ decidirá sobre su suspensión, seguiremos, no obstante, viendo manifestaciones a favor y en contra de Baltasar Garzón.