Así como si fuese un nuevo Dos de Mayo, la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, llama a la rebelión ciudadana contra la subida del IVA. Sorprende, claro está, los términos en que se ha hecho la declaración. No se dijo, por ejemplo, que se pedía la oposición del ciudadano a el incremento impositivo, sino toda una rebelión a la manera del siglo XIX. Puestos a elucubrar en qué consistiría esa hipotética revuelta popular contra la subida, podría ser algo así. Imaginemos que un rebelde tributario va a comprar un electrodoméstico en un hipermercado.
– Buenas tardes, quería que me informase sobre televisores.
– Sí, tenemos la marca ACME de 21 pulgadas y en oferta por lo del Mundial.
– Ah, pues me gusta, pero tengo que advertirle de una cosa: estoy en rebeldía contra el IVA y pagaré un 2 por ciento menos.
Rajoy tuvo que aclarar rápidamente que, rebeldía, no significa lo mismo que insumisión. Es decir, lo que el PP trata de hacer es una campaña de recogida de firmas en la calle para informar al ciudadano de las repercusiones. Zapatero, por su parte, en el acto de ayer en el Congreso, se acercó a Esperanza Aguirre y, debido a la contundencia de sus gestos, parece que le preguntó algo similar. Esto es, si Aguirre llamaba a las masas obreras y campesinas a que no pagasen los incrementos impositivos.
Para finalizar, comentarles que el secretario general de los socialistas madrileños vino a decir que, si tan en contra estaban de la subida, renunciasen a ella. El vicepresidente de Aguirre se apresuró a replicarle que así lo harían. Fuegos de artificio. El incremento de recaudación por la subida del IVA programada para julio quedará en manos del Estado. Así lo dice el artículo 21 de la nueva la nueva Ley de Financiación de las Comunidades Autónomas al prever un Fondo de Suficiencia Global para estos casos.