Durante mucho tiempo se acusó a las comunidades autónomas de gastar y no recaudar. Es decir, de ser quienes disfrutaban del dinero que otros -el Estado me refiero- tenían que sacar del bolsillo de los contribuyentes. Esto, que fue una realidad hasta hace bien poco, parece que va a cambiar. Eso sí, de forma brusca e impetuosa porque ahora llueven las subidas impositivas autonómicas por doquier. Tomen como ejemplo lo que está pasando en nuestra comunidad con una subida prevista mas(iva). Así, desde el pasado jueves, fecha en la que los socios de gobierno (IU y PSOE) se pusieron de acuerdo, parece que el retoque fiscal va a ser un hecho. Veamos cómo queda el cuadro fiscal.
IRPF. Sube para las rentas superiores a 90.000 euros en el tramo autonómico. Querámoslo o no, la clase media. Un dentista, notario o cualquier profesional cualificado se encuentra dentro de estos márgenes. A ellos le subirá un 2,5% y si, superan los 175.000 euros, el 3%. A esto tenemos que sumar que, el tramo estatal, más que probablemente, se incrementará para todos el año que viene.
Trasmisiones patrimoniales. Impuesto destinado a gravar la compraventa de inmuebles en segundas y posteriores transmisiones. O sea, la segunda mano. La subida será por tramos en función del valor del bien que se adquiera. Sólo les digo que, si compran un inmueble de 600.000 euros, ahora pagarán 60.000 euros de transmisiones, es decir, 18.000 más que antes. Además, si lo hacen con hipoteca también les saldrá más caro porque, Actos Jurídicos Documentados, también se eleva. Si a esto le añaden la subida, por el incremento de los valores catastrales, que ha experimentado la plusvalía municipal y que se eliminan las deducciones fiscales el año que viene; tendrán el cóctel perfecto para que el mercado de la vivienda se hunda.
Impuesto de sucesiones y donaciones. Tributo injusto por una sencilla razón: grava el patrimonio que unos padres, con su sacrificio y esfuerzo durante años, quieren legar a sus hijos. Su tendencia era a reducirlo o eliminarlo directamente. Sin embargo, en función de escalas, ahora puede llegar a subir hasta un 2,5%. Conclusión: como ya ha pasado en nuestra comunidad, más de uno se irá con su herencia a Madrid donde están exentos.
A todo lo anterior súmenle algunos tributos más como hidrocarburos o fiscalidad verde para los vehículos más contaminantes y, casi todo el cuadro tributario, va ser retocado al alza. Como ven, los impuestos autonómicos han pasado de la nada al todo en un pispás.