Me alegro de que la multinacional Amazon haya elegido Siero para instalarse y lo digo con cierta envidia sana. Sé que al final, pese a que no recaló en Gijón, beneficiará también a nuestra ciudad. Seguro que alguno de los 20 o 30 trabajadores que va a tener este centro logístico, viven o tienen relación con nuestro trozo de paraíso natural. El tamaño de Asturias es lo que tiene. Uno puede vivir en Gijón y trabajar allí o viceversa. En definitiva, lo que hacen miles de asturianos cada día: moverse por el área central. A mí no se me ocurre decir, como el concejal de Economía del Ayuntamiento de Oviedo, Rubén Rosón, «es una nave pequeñita de 3.000 metros cuadrados» y la grande va a venir para mi ciudad. Suena como lo de la fábula de la zorra y las uvas de Espopo. Mal perder tiene este muchacho. De momento, señor Rosón, los de Amazon van a ubicarse en Siero y descartaron el polígono de Olloniego. Digo yo que por algo será.
Ahora bien, lo que me alucina en toda esta operación es lo poco que ha pintado la Zona de Actividades Logísticas e Industriales de Asturias (ZALIA). Ya saben, esa extensión de terreno yermo que se erige en San Andrés de los Tacones, vivero sin igual del plumero de la Pampa. La ZALIA fue creada precisamente para captar este tipo de inversiones. Esto es, para que las empresas instalasen en estos terrenos sus centros de distribución logística. Es más, hasta se decía que iba a ser la mayor zona del norte de España. Sin embargo, como saben de sobra, su historia ha sido penosa. Un pufo superior a los cien millones de euros y una parcela vendida en catorce años. Me imago a los de Jeff Bezos, el propietario de la multinacional americana, con ojos como platos ante los gerentes de este desaguisado. «¿Cómo?», seguro que dijeron, «¿Me quieren vender ustedes unas parcelas sin electricidad ni accesos?» Naturalmente, marcharon espantados. Ni siquiera se plantearon la posibilidad de una negociación o similar.
Todo ello, pese a que esta misma semana el consejero de Infraestructuras, Fernando Lastra, rezumaba optimismo sobre el tema. Piensa Lastra que es cuestión de construir una subestación eléctrica (6 millones de euros), acabar el acceso desde La Peñona (llevan el 25% construido después de quince meses) y sucederá lo que oímos cada domingo en el rastro: me lo quitan de las manos. O sea, las parcelas se van a vender como churros, pese a que todas las empresas que se interesan por ellas acaban desistiendo. Recuerden: Norsider, Grupo Día, El Corte Inglés… y así hasta siete intentos. En resumen, que todos sabemos lo que es un «maizón» en asturiano. Una persona torpe, inútil y que es incapaz de ejecutar correctamente un trabajo. Oigan, definición perfecta para la gestión que se ha llevado a cabo en la ZALIA. O dicho de otra forma: allí sólo puede instalarse «Amaizon», pero nunca Amazon.
@balbuenajm