Eso fue lo que se escuchó el pasado martes en la sede del PP asturiano: ¡boom! Una explosión de carácter político, una especie de estruendo de grandes proporciones que hizo temblar toda la estructura. El motivo: saber que el anónimo dirigido contra el concejal gijonés, Pablo González, presuntamente, tenía la autoría del secretario general, Luis Venta. Las investigaciones policiales lo señalan sin ningún genero de duda. Venta tampoco lo niega. Efectivamente, fue con el escrito injurioso a una oficina de correos para enviárselo a González. La clave, según el testimonio del diputado popular, está en un pósit. Una nota donde, según su versión, aclaraba que el libelo había llegado a la sede y le daba traslado. González sostiene que nunca la vio. De cualquier forma, es curiosa la manera de proceder. Si a un partido cualquiera llega una carta de este tipo, lo normal, creo, es que se avise antes al afectado. Cosa que aquí, por lo visto, jamás se produjo.

El caso es que Génova no tardó en tomar decisiones contundentes. Destituyó de forma inmediata a Venta de sus cargos nacionales y regionales. Lo dejó, como se suele decir, a los pies de los caballos. No esperó ni a que se pudiera explicar. Algo que tiene mucho que ver con el ambiente turbio que se vive dentro de la organización. El que la mano derecha de la presidenta, Mercedes Fernández, haya sufrido un episodio de este tipo, sin duda, es visto como una afrenta desde Asturias. Una excusa para tomar el poder y atar los cabos sueltos que quedan. Ya saben, el que la presidenta y candidata nombrada desde Madrid, Teresa Mallada, no se llevan. La bicefalia continúa sin funcionar y a las pruebas me remito. En cualquier acto conjunto de ambas, parecen el agua y el aceite: cada una por su lado y sin mezclarse. Es más, cuando tienen que hacerse la foto de rigor, sinceramente, me recuerda a lo que decía Isabel Pantoja a Julián Muñoz: «dientes, dientes… que es lo que les jode».

Llueve sobre mojado en el PP asturiano. En 1995 vio como Sergio Marqués tenía que pasarse al Grupo Mixto por las presiones internas, tras haber ganado las elecciones. En 2011se rompió con la creación de Foro Asturias, después de Francisco Álvarez-Cascos no fuese nombrado candidato. Y ahora, oigan, esto. Un secretario general, supuestamente, amedrentando a un cargo de su partido. La política es canalla. En todos los partidos se viven situaciones desagradables. Traiciones, puñaladas por la espalda y rencores a tutiplén. Ahora bien, ¿hasta ese punto? ¿Hasta mandar un anónimo para atemorizar a un compañero? Desde luego, por el bien electoral de los populares, espero que lo aclaren cuanto antes. En cualquier guerra suele haber muertos. De momento, aquí ya tenemos uno. A Luis Venta se le ha acabado su carrera política. Quizá la próxima víctima sea, no sé, incluso la propia «Cherines». Tiene toda la pinta.

@balbuenajm