En contra de lo que opinaba el ministerio de Economía –sobre 20.000 millones de euros- el Banco de España dice que las necesidades para recapitalizar nuestras entidades son 15.152 millones. Eso, a los expertos, les ha dejado completamente perplejos. Dicen que sus cálculos no recogen las pérdidas que faltan por aflorar haciendo de esa cantidad insuficiente. Además, las agencias de calificación crediticia, no sólo han rebajado la calificación de la deuda, sino que también hablan de cifras muy superiores (en torno a los 50.000 millones). El ciudadano medio, viendo este panorama, se puede hacer las siguientes reflexiones.

A) Tal y como dijo el presidente Zapatero, no teníamos el mejor sistema financiero del mundo. Es más, cuando la primera crisis financiera –hace 3 años- presumimos de que gigantes como Lehman Brothers se iban al garete mientras que nuestra banca y cajas permanecían incólumes. Evidentemente, era un espejismo.

B) Las necesidades de capital de las entidades puede resolverse de diversas formas. Una, vendiendo sus activos inmobiliarios y participaciones industriales. Dos, captando ese dinero en los mercados. Y tres, acudiendo al FROB. En este último caso, se podría llegar a gastar en total del orden de 25. 636 millones de euros. Tengan en cuenta que ya, en la crisis financiera mundial, se emplearon 11.000 millones. Por tanto, hablamos de unas cifras muy considerables y que asustan. ¿De dónde saldrán?

C) Toda esta catarsis del sistema puede que a medio plazo sea positiva. Ahora bien, a corto es nefasta. Ninguna entidad, mientras tiene que buscarse la vida para el capital que necesita, va a fomentar el crédito. Olvídense de que, como dicen mucho en Economía, fluya el crédito particular y empresarial porque es imposible. La recuperación, si llega, tardará aún más.