Resultan sorprendentes algunos análisis que se están haciendo sobre los resultados electorales en Gijón. O sea, como se quita hierro a una derrota sin paliativos para dar la impresión de que aquí no ha pasado nada. Me refiero básicamente al PP gijonés, partido que está practicando la minería política. Esto es, se encuentra a niveles subterráneos de voto y, oigan, parece que están encantados. Es más, desconozco cuál es la lectura positiva de tener tres concejales, exactamente igual que en la pasada legislatura. Máxime si tenemos en cuenta que Foro perdió cinco y ninguno fue recuperado por los populares. Todos ellos pasaron prácticamente para Ciudadanos (y Vox), quien ahora ostenta el liderazgo de la oposición. Vamos, que el partido naranja ha hecho un «sorpasso» en toda regla a los populares. No obstante, como digo, al PP local se le ve feliz, casi viviendo en su mundo.
Digo todo esto, a tenor de la entrevista de su candidato, Alberto López-Asenjo, publicada en estas mismas páginas. López-Asenjo atribuye esa falta de crecimiento -sólo 31 votos más que en los anteriores comicios- a los problemas internos. En concreto, piensa que fue muy negativa la carta que el presidente de la formación, Mariano Marín, divulgó, aflorando todos los demonios que habitan en el PP. Decía sobre Asenjo que «ni vive en Gijón, ni ha desarrollado actividad política alguna en Asturias, ni siquiera es afiliado al PP». Esto último, según manifiesta, lo ha solucionado recientemente al procurarse un carné, eso sí, en Madrid. En otras palabras: Marín lo tildaba sin tapujos de paracaidista. En Oviedo, el más que probable próximo alcalde, Alfredo Canteli, sufrió esos mismos problemas en carne propia. Incluso en un comité ejecutivo que se realizó recientemente, confesó que estuvo a punto de tirar la toalla. Sin embargo, no fue obstáculo para que ganase las elecciones, recuperando, como es previsible, el gobierno de la capital para los populares. En definitiva, hay una buena parte del electorado que también se fijó en el candidato. Mientras que en Oviedo sumó, aquí, a la vista está, no.
Alberto López-Asenjo hizo una campaña pobre y aburrida, notándose demasiado que era completamente desconocedor de la política local. Venir, como dijo, en vacaciones y poco más, no habilita a nadie para intentar alcanzar una Alcaldía. Todo su apoyo estuvo concentrado en Madrid. De hecho, en cuanto surgieron discrepancias dijo claramente que él respondía ante Pablo Casado. Querer, como sugiere, reconstruir el partido con el aval de estos resultados, sinceramente, se me antoja más que complicado. Desde luego, tiene que haber más (mucha más) base, si se quiere de verdad competir contra un todopoderoso PSOE. La distancia entre ambas formaciones es infinita y, encima, el grupo municipal, está condenado casi a la irrelevancia durante otros cuatro años.
@balbuenajm