Se puede decir que el debate sobre el estado de la nación resultó atípico. No hubo ni vencedores, ni tampoco propuestas relevantes, ni mucho menos planes de futuro. Lo más destacado, sin duda, fueron las despidas. En concreto, la de Zapatero que parecía poner así epílogo a su mandato. En este sentido, uno tiene la sensación de que el Gobierno no va a llegar al año que viene. Es más, si estuviéramos en un partido de baloncesto, éstos, sin duda, serían los «minutos de la basura». O sea, cuando el marcador está decidido y sólo se espera que acabe. Difícilmente, se podrá hacer algo en los meses que queda. Y, si se consigue sacar adelante alguna medida, será a base de pagar un precio alto por la negociación con el grupo parlamentario correspondiente. A mí entender, convocar elecciones hacia el otoño sería lo correcto. La legislatura y el Gobierno están agotados.

Por último, un comentario sobre Grecia. Espero que no nos veamos en la tesitura que se encuentra. El auténtico estallido social que se ha producido por las medidas de ajuste, no hay país que lo resista. Entiendo que lo que se aprobó ayer no fue más que un parche. Sin quieren, salvar un «match ball» de los muchos que habrá. La situación griega es tan mala que, pese a las medidas, dudo mucho que los griegos puedan salir del agujero. Las tensiones sobre el rescate a Grecia volverán dentro de no mucho tiempo. Justo cuando necesite más dinero para seguir saliendo adelante.