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Jose Manuel Balbuena

RETORCIDA REALIDAD

Aguas arriba.

Es verdad que nuestro Ayuntamiento está haciendo un esfuerzo por descontaminar el Piles. Eso, ciertamente, nadie lo duda. Puede que cometa errores, me refiero a precipitar el cierre del anillo navegable sin haberlo negociado antes con los afectados, pero está poniendo en ello toda la carne en el asador. Desde la concejalía de Medio Ambiente se han propuesto eliminar esas fuentes de contaminación que tanto daño hacen. A la postre, los vertidos de distintos entes privados y la propia red de saneamiento que presenta enormes carencias. Como digo, nadie pone en duda que ese objetivo se debe conseguir y que la tarea será ardua. Miren si no la polvareda que se ha levantado en el mundo del piragüismo, quizá, repito, por haber empezado la casa por el tejado: prohibir su uso sin haber escuchado o propuesto alternativas a ese cierre.

Sin embargo, esta actuación que se va a realizar en el cauce urbano del río, no parece que vaya a tener continuidad más allá. Recuerden que al principio de esta crisis medioambiental la Confederación Hidrográfica del Cantábrico (CHC) se puso de lado. Dijo que ese tramo no era de su competencia y que aguas arriba de Las Mestas todo estaba perfecto. Vamos, que era un vergel. De hecho, en octubre del año pasado su presidente, Manuel Gutiérrez, se reunió en Oviedo con el concejal de Medio Ambiente gijonés, Aurelio Martín, presentando un análisis efectuado sobre el cauce que controla. Según la CHC, la calidad del agua «es buena» y el problema se encuentra en la parte baja. Todo ello, pese a que hay catorce puntos de desagüe censados en la zona alta. El compromiso del organismo estatal es realizar análisis cada tres meses, tanto en los días secos como lluviosos. Nada de un informe o similar -como se hizo desde el Consistorio- para mejorar su limpieza o prevenir posibles focos de contaminación. Con una simple medición trimestral, en resumen, se soluciona y punto.

La pregunta obvia, pues, es, ¿seguro que el Piles está limpio más allá de Las Mestas? ¿Qué pasa si nos gastamos una pasta y luego nos encontramos con que los problemas también están aguas arriba? No es por nada, pero la labor de las Confederaciones Hidrográficas siempre ha sido muy discutida. Fíjense cuando hay riadas por España lo que dicen los afectados: es que el cauce del río -normalmente de su competencia- nunca se limpia. Aquí, en los años negros de nuestro Piles, nunca hizo nada. Daba asco acercarse y como en «El perro del hortelano»: ni comía, ni dejaba ni comer. Ni actuaba, ni dejaba actuar. Es más, bien saben los rivereños que si se atreven a hacer algo pueden acabar con una multa. Pregunten si no cuando las crecidas de nuestros ríos (Sella, Narcea, Nalón, etcétera) se llevan por delante los bienes de las personas. No estaría de más, creo, que nos certificasen lo que dicen. Si tan seguros están…

@balbuenajm

Por JOSE MANUEL BALBUENA

Sobre el autor

Economista y empresario. Colaborador de EL COMERCIO desde hace ya muchos años. Vamos, un currante en toda regla


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