Martes a las nueve de la mañana en la zona del Tostaderu. En un rincón de nuestra playa estaban operarios de EMA y Emulsa, cargos de la concejalía de la de Medio Ambiente (el director general y jefe de servicio), miembros de una empresa contratada, medios de comunicación y una pala retroexcavadora. ¿Qué se iba a hacer para levantar tanta expectación? ¿Acaso la búsqueda de un tesoro oculto? ¿La de una nueva especie marina? Pues no, se trataba únicamente de cavar un agujero. En definitiva, un muestreo a diferentes profundidades para conocer el estado de la arena. O sea, saber si tiene materia orgánica. Dicho de otro modo: analizar el grado de contaminación en la desembocadura del río Piles. La cata fue organizada por la concejalía de Medio Ambiente (y Propaganda) dentro del plan de actuaciones que se quiere llevar a cabo sobre el río. No sé, si toda esta fanfarria se despliega para una simple toma de muestras, imagínense lo que van a organizar en cuanto se lleven a cabo actuaciones de mayor calado. Seguro que nos lo venderán como un acontecimiento planetario de primer orden.
Lo mismo que el relleno de arena en San Lorenzo. Llevamos 16 años discutiendo sobre el tema y esperando una solución. El Ministerio de Medio Ambiente aprobó en 2004 que se rellenara la playa con 155.000 metros cúbicos, a cuenta de la presunta pérdida que se produciría por la ampliación de El Musel. Sin embargo, no sólo eso jamás se realizó, sino que además nunca se pusieron de acuerdo entre las diferentes administraciones. Primero, en el tipo con el que era necesario regenerar y segundo, sobre si era conveniente o no. Hay informes emitidos a granel -hasta cinco diferentes- algunos de ellos contradictorios entre sí. En esas estamos, con el eterno dilema sin resolver, cuando llega el Ministerio de Transición Ecológica a meter baza. Dice que es obligatorio cumplir con el relleno y de nuevo hay que buscar un banco de arena compatible. En resumen, volver a empezar. Mientras tanto, nuestra alcaldesa, Ana González, sostiene eso de «virgencita que me quede como estoy». Dice que no hace falta y que la regeneración del arenal puede ser inconveniente. Postura defendida siempre desde instancias municipales, ante las serias dudas que conlleva la operación. Lo que le faltaba a nuestro Gijón del alma es que la playa acabase hecha una piltrafa por tanta incompetencia. Sería ya el colmo.
@balbuenajm