Según parece, seguimos queriendo sacar conclusiones de lo que no es normal. Es decir, de una situación de pandemia que nos ha cambiado los hábitos de vida por completo. En la mayoría de los casos, al menos eso espero, de forma temporal. Los expertos en movilidad no paran de repetir que es un buen momento para hacer experimentos. Esto es, si corto esta calle, peatonalizo esta otra o dejo un solo carril en tal avenida se va a ver que no pasa nada. Todo ello, claro, en una urbe medio muerta. O sea, donde el tráfico rodado se ha reducido más que nunca debido a las múltiples prohibiciones vigentes. Además, no olviden que la mitad de Gijón está en un ERTE o en paro. Vamos, con la movilidad laboral por los suelos. Y si empezamos a tomar decisiones en función de datos anormales, repito, el resultado final puede ser el caos. Una ciudad, en definitiva, mucho peor que la que teníamos. Pongo un ejemplo. Un grupo de expertos anónimos, igual que los del Gobierno, hubiese llegado a la conclusión de que como apenas había gente por la calle, se podía prescindir de gran parte de las aceras. Sí, suena absurdo, pero recuerden que, en las primeras fases del confinamiento, Gijón estaba completamente vacío. Sin embargo, ha sido levantar esta restricción parcialmente y todo el mundo las usa más que nunca. Por tanto, hubiéramos cometido una barbaridad en función de una situación completamente anómala.
A mí me sorprenden algunas medidas que se están tomando a la ligera. Por supuesto, no hablo de esas temporales debido a esta crisis del coronavirus, sino de las que tienen pinta de que van a ser permanentes. En resumen, que han llegado para quedarse. Es el caso, sin ir más lejos, de dejar un carril limitado a 30 kilómetros por hora en la avenida de la Costa. Artería circulatoria gijonesa por excelencia y que nos cruza de este a oeste. Según los responsables, en donde apenas pasan dos coches juntos, ahora hay que dejar también sitio para las bicicletas. Es lo que denominan «ciclocarriles» y se piensan aplicar también en otros viales principales como Manuel Llaneza o Pablo Iglesias. Como digo, en una avenida de la Costa ya saturada -por ahí pasan todas las principales líneas de autobuses- se va a habilitar este carril al que no auguro nada bueno. Los conflictos entre patinetes, ciclistas, coches y autobuses van a ser permanentes. Quizá no ahora, obviamente, pero en un futuro próximo surgirán a tutiplén. Sólo hay que verlo.
@balbuenajm