>

Blogs

Jose Manuel Balbuena

RETORCIDA REALIDAD

Quien cede.

La tribu de la movilidad está guerrera. De hecho, desde que se instaló en el Ayuntamiento -hace más o menos un año ahora- no hubo día en que no se mostrase así. Su especialidad, como saben, prohibirnos cosas. A unos navegar en piragua (como cuando cerraron el anillo navegable del Piles) y a otros el poder circular con su vehículo particular (objetivo número uno). Esta semana tocó esto último. Su gran jefe, el concejal del ramo, Aurelio Martín, junto con el edil de Obras Públicas, Olmo Ron, presentaron un plan de peatonalizaciones. Medidas como dejar un único carril para vehículos en El Muro o crear un corredor desde Begoña a San Lorenzo cerrando al tráfico tres calles. Por cierto, ¿qué es eso? ¿A qué viene lo de peatonalizar viales como Ruíz Gómez o Caridad? Dice gran jefe Martín que a esto se le llama «movilidad táctica». Se lo traduzco: hago lo que me da la gana y encima me enfado. Es más, nos habla de que el tráfico en Gijón ya está al 80 por ciento y no pasa nada. Ojo, eso en una ciudad donde no hay ni un solo turista por las restricciones del coronavirus, sin colegios y media población laboral inmersa todavía en un ERTE. No sé, cuando llegue la verdadera normalidad, ¿cuál será entonces el porcentaje? Pero, en fin, la tribu está dispuesta a cambiarnos la vida (para mal) y no va a parar. Vean si no lo que está pasando en el barrio de Cimavilla, después de cerrar Claudio Alvargonzález y Tránsito de las Ballenas. Los vecinos han dicho basta puesto que les han dejado, en sus propias palabras, «una ratonera». Se han reunido para realizar movilizaciones porque, aunque en principio es hasta el 30 de septiembre, creen que será para siempre. La verdad, yo también.

Se lo vengo diciendo: nos están imponiendo un modelo de ciudad, aunque la polémica Ordenanza de Movilidad se encuentre en fase de alegaciones y tenga 23.500 firmas presentadas en contra. Sin embargo, un día cierro una calle, al siguiente corto un carril o meto a las bicicletas, patinetes y artilugios de toda laya por las avenidas. La excusa: que son pruebas y hay que respetar las distancias de seguridad. Miren ustedes, yo no soy un acérrimo del coche. El mío se pasa toda la semana en el garaje. Me muevo por la ciudad en moto o autobús. Ahora bien, sí defiendo con uñas y dientes nuestra libertad para escoger el medio de transporte que queramos. Si la perdemos, téngalo claro, nunca más volveremos a recuperarla. Ya saben, quien cede… también concede.

@balbuenajm

Por JOSE MANUEL BALBUENA

Sobre el autor

Economista y empresario. Colaborador de EL COMERCIO desde hace ya muchos años. Vamos, un currante en toda regla


junio 2020
MTWTFSS
1234567
891011121314
15161718192021
22232425262728
2930