Los hombres que ven en la foto podrían ser concejales del Ayuntamiento de Gijón. Sí, parecen nómadas del desierto con sus turbantes y camellos, pero podrían ser perfectamente políticos municipales cumpliendo una importante misión. Sin duda, eso se desprende de las explicaciones que han dado los concejales de IU a la hora de aclarar gastos. La cuestión estaba en que la Alcaldesa había dicho que 300.000 euros -50 millones de las antiguas pesetas- estaban sin justificar dentro de la partida para Cooperación. A partir de ahí, el ex concejal Montes Estrada puso un ejemplo para ilustrarnos sobre el tema. Según él, en el extranjero es difícil documentar lo que se gasta. Dice que una vez compraron tres mil camellas en el Sahara y, claro, igual que aquí no se extiende una factura por un «xatu», allí mucho menos. En fin, yo me pregunto qué demonios hace el dinero público comprando camellas. O si esa es la función de un ayuntamiento que, igual luego, no tiene dinero para arreglar el bache más cercano. Digo más, no entiendo por qué los consistorios se tienen que meter en estos berenjenales. La cooperación o ayuda internacional debería estar financiada y dirigida por el Estado. Uno viaja por ahí y se encuentra con que, las diferentes autonomías, dan dinero alegremente sin ningún control. Todo, quizá, para sentirse como una especie de miniestados que tienen hasta política internacional. Y si eso se hace ya desde los ayuntamientos, el conjunto roza el esperpento.