De todas ideas que he escuchado hasta ahora para la reforma del Muro hay una que me pone los pelos de punta. Me refiero a la del soterramiento del tráfico. La cuestión no es que económicamente resulte inviable, sino que en la práctica supondría otro proyecto fallido. Más o menos, lo mismo que le pasó al túnel del metrotrén. En Gijón, como todos sabemos, hacer un agujero significa que la obra se alargue o complique hasta el extremo. No les cuento ya si de lo que estamos hablando es de hacerlo al borde del mar, con garajes y parkings en plena avenida de Rufo García Rendueles a los que hay que dar servicio. Vamos, un lío de narices. Tampoco veo por qué se tiene que renunciar al tráfico de doble sentido en superficie, ajustado, claro está, en la medida correspondiente. Desde luego, la plataforma que genera El Muro resulta estupenda para que convivan todas las formas de movilidad. No creo que haya un lugar más idóneo. De hecho, nunca hemos conocido un paseo sin coches. En fin, todas estas cosas y alguna más son las que tienen que abordar la comisión que comienza sus trabajos esta semana.
Como saben, dicha comisión se creó desde el Consejo Social para arreglar el desaguisado de colorines que tenemos. Obra y gracia de la concejalía de Movilidad que, junto con unos corredores peatonales que no tienen ningún sentido, está dejando su impronta en la ciudad. Está formada por 17 miembros y tiene un carácter heterogéneo. Hay ocho políticos (quizá demasiados), representantes de las asociaciones vecinales, sindicatos, Foro de Movilidad, comercio, hostelería, la sectorial de Medio Ambiente y el Colegio de Arquitectos. El concejal del ramo, Aurelio Martín, eje de todas las polémicas en Gijón, dice «queremos que haya menos criterio político y más técnico». Sin embargo, no es lo que predomina en este órgano. Más que nada, porque la decisión final corresponderá al Consistorio. O sea, será el equipo de gobierno quien se encargará de llevar a cabo esta remodelación, siguiendo o no las conclusiones que emanen de estos trabajos. Método diferente al que se está siguiendo en la fachada marítima de Poniente y Fomento, donde se va a convocar un concurso de ideas, para luego decidir cuál puede ser el más idóneo. Esto es, por lo menos existen proyectos encima de la mesa con los que empezar a discutir. Sinceramente, sistema mucho más coherente y ordenado, si lo que se quiere es que haya de verdad un nuevo paseo en San Lorenzo.
@balbuenajm