Lejos de analizar lo que está pasando las autoridades europeas quieren insistir en el error. Pretenden, otra vez, realizar pruebas de resistencia a los bancos para calmar a los mercados. Si en julio una entidad como Dexia las pasaba con sobresaliente, en estos momentos está siendo intervenida. En vez de preguntarse, digo yo, por qué fallaron tan lamentablemente los test; parece que se quieren volver a realizar con mayor dureza, aunque, una vez más me temo, sean motivo de engaño. Entiendo que alguien no se quiere dar cuenta de una cosa: la contabilidad bancaria a día de hoy está completamente manipulada. Su función es seguir manteniendo una ficción de cara a los accionistas o al gobierno de turno. Lo vemos, por ejemplo, a nivel doméstico con las cajas. La CAM estuvo dando beneficios y emitiendo bonos poco antes de ser intervenida. Esta realidad –el que todo esta trucado para hacernos vivir una especie de «Matrix financiero»- se da también a nivel de estados. Grecia, cuando entró en el euro, aumentó su PIB a base de incluir la prostitución y el juego como una actividad más del país. Los inspectores comunitarios estuvieron durante años aceptando estadísticas adulteradas sin reparar si era o no verdad lo que mostraban. Aún más, los controles son tan lamentables que, los directivos y políticos que llevan a la ruina a las entidades, se aseguran pensiones vitalicias por doquier sin ningún problema.