Poco a poco el runrún se va imponiendo. La opción de crear un banco malo -una entidad que absorba los activos tóxicos del sistema- parece que va a ser un hecho. El gobernador del Banco de España, Miguel Ángel Fernández Ordoñez, sugirió ayer esta posibilidad ante la crisis financiera. Lo cual, claro está, quiere decir que está más que hecho. Todo esto en el día que nos dan el siguiente dato: la banca europea ha recibido 1,6 billones (sí, con “b”) de euros en ayudas públicas entre octubre de 2008 y diciembre del 2010. De ellas, 146.000 millones corresponden a España. No está mal, ¿eh? A mí el que se cree esta especie de «cubo de basura financiero« me produce repugnancia. A las empresas se las deja quebrar, pero, a la vista está, el sistema financiero es otra cosa.  Ahora, después de enchufarle la manguera del dinero público y ver que no era suficiente, se le quiere liberar de cualquier carga dejándolo saneado. Que tienen suelo invendible, pues para el banco malo. Que hay pisos, locales o garajes que valen menos de la mitad; pues para el banco malo y veremos a qué precio para que no resulte muy lesivo. Así, cualquiera puede ser gestor financiero: si metes la pata hasta atrás ya vendrá el Estado, o sea, todo nuestro dinero, a salvarte.

Dicen que el crédito es la sangre del sistema capitalista. La falta del mismo, como estamos viendo, acaba ahogando la economía. Según sus defensores, la creación del banco malo, favorecería que las entidades volviesen a prestar. ¿Hasta cuándo?, pregunto. ¿Hasta que otra vez la codicia reviente el sistema? Y dado que siempre se sanea con dinero público algunos se plantearán, ¿por qué no volver a hacerlo de nuevo?

Nota: la foto pertenece a un montaje del 15-M, me pregunto si lo que dice es o no verdad.