¿Hemos visto algo especial en materia de Movilidad del nuevo equipo de gobierno municipal? ¿Alguna medida innovadora? ¿Algo que llame la atención? Yo diría que la respuesta a todas esas preguntas es un no y, sin embargo, se nota que ha cambiado. Simplemente, deshaciendo los engendros que fueron heredados del anterior mandato. Esto es, hablo del «Scalextric» en El Muro o ese corredor virtual que convirtió las calles Ruíz Gómez y Caridad en no se sabe qué. Digamos, pues, que la virtud de la actual concejalía ha sido hacerlo sencillo. Volver a la normalidad. Dejar las cosas como estaban hasta que se desarrolle un proyecto consensuado. Nada de inventos que hacen más difícil el día a día de los ciudadanos. Nada de cambiar la vida a los gijoneses por la puerta de atrás. Como digo, la ciudad evolucionará al ritmo de las demás en esta materia, sin necesidad de que seamos los más listos de la clase. Cada cosa a su tiempo. En este sentido, esta semana se ha dado un paso importante: el Pleno del pasado lunes retiró el recurso ante la sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Asturias que anulaba la ordenanza de Movilidad. En la práctica, pone fin a esta norma y al plan que posteriormente se aprobó. Adiós. Sin duda, la conclusión es que se deben hacer las cosas de otra manera. Respetando el derecho de todos (dos ruedas, cuatro y sobre todo peatones) a poder transitar. Ahora bien, no deja de ser sorprendente algunas reacciones que hemos visto. En concreto, la de Federación de Asociaciones de Vecinos de la Zona Urbana (FAV) que en una reunión con la alcaldesa manifestó: «Cuesta entender que se retroceda en algunos aspectos». ¿En cuáles? ¿En expulsar el coche a patadas de la ciudad? No sé, eso de «avanzar hacia el siglo XXI», ¿qué es para ellos? ¿Qué los barrios queden aislados como islas en el océano? Señores de la FAV: en Movilidad, solo queremos ser normales.

@balbuenajm