Todos sabíamos que lo del primer tripartito en Gijón no iba a ser sencillo. O sea, que antes o después surgirían dificultades. Si ya es complicado cuando se forma una coalición (dos formaciones en el gobierno), imagínense si añadimos una tercera a la ecuación (encima siendo de corte radical). Ahora bien, nadie podía sospechar que el pacto de la derecha cayera tan rápido. Es decir, que al primer soplido se desmoronarse la casa que tanto les costó levantar, como alternativa a la hegemonía histórica que siempre muestra la izquierda en nuestra ciudad. Sin duda, y según las declaraciones de Carmen Moriyón, la clave ha estado en el comportamiento de Vox. Con una concejala feroz, Sara Álvarez Rouco, que parece tener en el partido su cortijo, utilizándolo presuntamente como agencia de colocación de sus familiares en los consejos de dirección (Moriyón dixit). No solo acumula (o quiere acumular) cargos sin parar, sino que también muestra maneras y formas estridentes. De hecho, en sus primeras apariciones ya levantó una buena polvareda con el tema del asturiano, siendo lo del festival de cine la traca final. En definitiva, que cada vez que abre la boca sube el precio del pan. Todo lo contrario que su compañero, Oliver Suárez, que parece subyugado a su figura. Resumiendo, el deterioro en las relaciones entre Foro y Vox -con importante marejada de fondo a tenor de las acusaciones mutuas- empezó casi desde el primer día después de firmar el pacto. Por eso, según la alcaldesa, ha sido necesario «resetear» la legislatura. Eso sí, añadiéndole mucha más dificultad de la prevista. En la actualidad, por ejemplo, no sabemos de dónde va a salir el único voto necesario para aprobar los presupuestos del próximo ejercicio. Desde luego, Foro que no cuente con la izquierda (pese a que en general aplaude la expulsión), ni tampoco con Vox (dispuesto a seguir incendiando lo que sea desde la oposición). Incluso podemos llegar a ver curiosidades como que la extrema derecha vote lo mismo que la izquierda más allá del PSOE. Todo es posible en este nuevo escenario después del “se acabó” del pasado miércoles. De momento, quédense con que el ahora bipartito municipal tendrá que buscarse a toda costa la estabilidad. El problema es que no sabemos dónde.
@balbuenajm