A 30 kilómetros dirección sur están inquietos con la llegada del AVE. Más en concreto, por el estado de su estación. El alcalde de Oviedo, Alfredo Canteli, dice que no está preparada para la ingente cantidad de viajeros que traerá consigo la inauguración de la variante de Pajares. Es más, reclama a Adif (gestor público de la infraestructura) reformas tanto internas como externas. Pues bien, le vamos a contar lo que se van a encontrar aquí los viajeros el próximo día 30 de noviembre. La estación provisional de Sanz Crespo se inauguró en el 2011. Lleva, pues, 12 años haciendo de fin de trayecto ferroviario, cuando no deja de ser un simple apeadero. En la capital hablan, por ejemplo, de que no hay sitio para un escáner de seguridad en el interior de su terminal. No sé, imagínese en el escaso hall de Sanz Crespo lo que se puede poner. Aseguran también que los exteriores no son los adecuados para recibir a la Alta Velocidad. Volvemos a lo mismo. A lo mejor, los sintecho que duermen bajo el puente de Carlos Marx o la parte selvática del «solarón», es la mejor imagen que podemos ofrecer en Gijón. Desde luego, resulta vergonzoso que 21 años después de constituir Gijón al Norte -la sociedad que debería haber pilotado la integración ferroviaria- esa birria sea lo único que tenemos. Sí, ya sé que la nueva intermodal está redactando su proyecto y que, dicen, será realidad. Al menos, es la alfalfa que nos han dado de comer nuestros políticos para que estemos tranquilos. Sin embargo, si el AVE ha tardado 20 años en llegar, la estación que lo alberga tardará al menos un lustro más. Ojo, eso si no surgen complicaciones desde Madrid, lo cual es más que previsible. Ojalá en Oviedo resuelvan sus problemas, pero es que nosotros los tenemos mucho más grandes. Ya quisiéramos ofrecer una terminal a los pies de la calle Uría como ellos y no tener que ir hasta Moreda, donde finalmente ha quedado ubicada. Repito: vergüenza es lo que deberían sentir algunos.

@balbuenajm