A estas alturas del año lo que toca es hablar de números. Es decir, de unos presupuestos que se presentan complicados. Más que nada, puesto que se va imponiendo la visión de que hay que pagar deudas. Esto es, que el gasto no se puede expandir más y toca sanear las cuentas. Sobre todo, digo, viendo la situación en la que se encuentran algunas empresas municipales. Sin embargo, en medio de lo que debería ser rabiosa actualidad se ha colado un pleno extraordinario. En este caso, forzado por el PSOE, IU y Podemos para que nuestra alcaldesa, Carmen Moriyón, diese explicaciones sobre la crisis que llevó a la disolución del tripartito. Ya saben, la expulsión de Vox del gobierno municipal y el paso de uno de sus concejales, Óliver Suárez, a no adscrito. A la postre, tesitura ideal que cualquier oposición aprovecharía para desgastar al ejecutivo local. Recuerden que el paco entre Foro y Vox apenas duró 110 días, finiquitándolo Moriyón de forma súbita con aquello de «Se acabó».

Pues bien, lo primero que debemos decir es que la alcaldesa retrasó su convocatoria lo máximo posible. Se pidió el 13 de octubre y se celebró casi un mes después, apurando los plazos legales. Entiendo, claro, para que las cosas estuviesen asentadas y nada borrosas. De hecho, este tiempo ha servido para que Suárez presida Divertia con el aval de la secretaria municipal y tenga aprobadas sus cuentas. Eso sí, no sin cierta polémica, tanto desde el lado de la izquierda como de la derecha. Vox no ha parado de quejarse sobre su situación por la marcha del edil díscolo, con una concejala que se siente traicionada -ver entrevista publicada ayer en estas mismas páginas- y utilizada por Foro para alcanzar la alcaldía. Asimismo, tanto PSOE, IU y Podemos insisten en ver transfuguismo, o sea, que había un amaño entre ambas partes para conseguir como resultado una legislatura estable. Algo, insisto, que se está produciendo ya con la aprobación de las ordenanzas fiscales y que veremos de nuevo (se supone) en los presupuestos. Por tanto, lo que ayer hubo no fue más que bronca política entre unos y otros, puesto que, a todas luces, los hechos están más que consumados. Óliver Suárez (tránsfuga o no) será el apoyo de Foro para disgusto de la oposición y su ex partido, salvo sorpresa de última hora. El resto, como se vio por el tono empleado, es ponerse a discutir sobre si son galgos o podencos.

@balbuenajm