Tiene gracia (maldita) lo que llaman la vía fiscal asturiana. A la postre, una especie de segmentación entre los contribuyentes del IRPF que beneficia a quien se designa desde instancias gubernamentales. Así, el Ejecutivo plantea una serie de deducciones en cada presupuesto que, oigan, pueden o no encajar en la mayoría de los asturianos. En este caso, para los del 2024, por ejemplo, se plantean algunas como las siguientes. El arrendamiento para menores de 35 años pasa del 10% al 20%, cuando el principal problema para los jóvenes está en encontrar piso. La nueva Ley de Vivienda se ha encargado de aniquilar la oferta de inmuebles en alquiler. Exactamente lo mismo que la compra o rehabilitación de vivienda en concejos en riesgo de despoblación, puesto que, bien es cierto, buena parte de los asturianos nos encontramos concentrados en el área central. Pese a ello, los cálculos realizados por la Consejería de Hacienda dicen que nos ahorraremos 57 millones de euros en la próxima declaración de la renta. Eso sí, prepárense a leerse bien la letra pequeña del impuesto el año que viene, aunque seguramente no entrarán en ninguna de las deducciones planteadas.

Menuda oportunidad que perdió el Gobierno de Adrián Barbón de beneficiar a la clase media. Al final, la que sostiene el sistema de bienestar. Mientras en otras comunidades deflactaron los tipos del IRPF -incluso las socialistas, como hizo en su día Valencia- aquí se mantuvo contra viento y marea. Todo ello, pese a que el Principado sigue aumentado su recaudación por la subida de los precios. De hecho, durante el próximo ejercicio los ingresos vía tributos crecerán en 369 millones de euros. Dedicados, básicamente, a financiar el gasto corriente, puesto que la inversión se sostiene mediante el maná de los fondos europeos. Es más, ese guiño a quienes se muestran activos, o sea, todavía trabajan, contribuiría a valorar su esfuerzo. Máxime, en una comunidad donde dos tercios de su población no lo hace. En cambio, como digo, solo algunos elegidos según criterios políticos tendrán esa posibilidad de aligerar algo (no mucho) su carga. El grueso de la tropa fiscal se quedará una vez más a verlas venir, contribuyendo con los tipos autonómicos más elevados de toda España. Ojo, incluso para las rentas bajas. Tiene gracia (maldita), repito, lo que llaman la vía fiscal asturiana. Más que nada, porque es un vía crucis: siempre acabamos pagando más.

@balbuenajm