La declaración de zonas tensionadas en Gijón solo agravará el problema del alquiler. Esto es, tanto La Arena como Cimavilla, donde la consejería de Vivienda del Principado piensa tomar el control de los arrendamientos, se convertirán en desiertos inmobiliarios. O sea, habrá menos oferta de pisos de la que aún queda. Ojo, que ya es prácticamente nula. De hecho, desde que entró en vigor la famosa Ley de Vivienda (mayo de 2023) es lo que ha venido sucediendo. Los propietarios se han marchado del mercado corriendo: o bien hacia otras opciones (turístico o de temporada), o bien vendiendo directamente su inmueble (hasta agotar el stock existente). Por eso, cuando el consejero del ramo, Ovidio Zapico, no le da mucha importancia a eso de topar los precios, parece que vive en otro mundo. Al menos, no en el inmobiliario. En Cataluña, donde más zonas tensionadas se han declarado, el alquiler de larga duración cayó en picado. En cambio, el de temporada (solo por unos meses y con objeto de evitar la nefasta Ley) aumentó un 45%. Además, en 2024 había 80 interesados por cada vivienda disponible, mientras que esa cifra subió a 275 en 2025. Como ven, los efectos de esta intervención del mercado han sido terribles. Por tanto, si se quiere dar una vuelta de tuerca más a esta situación, el resultado será todavía más nefasto. A la postre, no habrá mercado de arrendamiento con todo lo que esto significa. Imagínense para quien viene a trabajar, estudiar o vivir en nuestra ciudad. ¿Zonas tensionadas? No, gracias.
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@balbuenajm