Durante la pasada legislatura El Muro estuvo en boca de todos. Ya saben, debido a aquel invento siniestro denominado popularmente como el «cascayu». Por aquel entonces, surgieron muchos proyectos para su reforma. Casi cada partido defendía el suyo, destacando entre todos el de Foro por su ambición. Proponía soterrar el tráfico, con lo que ello implica. Es decir, una obra inmensa con resultado final más que incierto. Con esto fue a las elecciones municipales y ahora que es gobierno se propone ver su viabilidad. Al menos, hacer los sondeos previos, como hemos sabido esta semana. Efectivamente, durante el mes de noviembre habrá catas desde el puente del Piles hasta Capua. Miren ustedes, los gijoneses/as nos hemos vuelto escépticos por naturaleza. Incluso los votantes y simpatizantes de Foro no creen que sea posible hacer un túnel por San Lorenzo. La experiencia previa, el «metrotrén», sin ir más lejos, está ahí para confirmarlo. La obra se acabó en 2006 y jamás se ha usado. Esto es, 19 años de un túnel que cruza Gijón de forma transversal, sin ningún viso de funcionar a medio plazo. Entonces, ¿resulta viable económicamente que el Ayuntamiento afronte una infraestructura de este calibre? La respuesta es no y, por eso, bien harían nuestros gobernantes en ser pragmáticos. O sea, formular un proyecto en superficie, puesto que es la única manera de poder llevarlo a cabo. Digamos, pues, que lo de soterrar el tráfico en El Muro, no fue más que una ensoñación electoral de dudosa ejecución. Volvamos a la realidad.
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@balbuenajm