Los Presupuestos Generales del Estado (PGE) confirman que 2013 será un año duro. Tanto, que todo lo que se recaudará por la subida del IVA (sobre 7.200 millones de euros), se lo comerá el aumento de la deuda y sus tipos (subirá en 10.000 millones). Ciertamente, lo cual, tiene su miga. Está claro que la deuda y sus elevados intereses está siendo una carga demasiado pesada. Con esos 38.000 millones de euros que se prevén pagar en 2013, imagínense la cantidad de cosas que se podrían hacer. Digo más, los ciudadanos trabajamos, tenemos más impuestos y sufrimos recortes; simplemente, para pagar su crecimiento. Una situación, obviamente, difícil de sostener. Yo me pregunto, pues, cuánto tardará el Gobierno en solicitar el rescate. Esto es, en que el Banco Central Europeo (BCE) compre deuda en los mercados y así baje los tipos. Desde luego, es imposible cuadrar unas cuentas donde, los gastos financieros, son la partida que más crece con diferencia. Tiene incluso, fíjense, una dotación superior a la de los ministerios. Una de dos: o se produce una reestructuración con toda la convulsión que eso significa, o se pide al BCE que intervenga (y rápido). No queda más opción.
Por otra parte, en los PGE hay cosas curiosas. Por ejemplo, se van a subir las pensiones pero a base de sacrificar los ahorros. Quiere esto decir que se van a gastar 4.000 millones de euros en revalorizarlas, sacando 3.000 del Fondo de Reversa de la Seguridad Social. Para mí, sin duda, un contrasentido absoluto. Como ya sostuve en otro post, vale más aumentar sólo las más bajas y congelar las de mayor poder adquisitivo. No tiene ningún sentido echar mano del Fondo, salvo, obviamente, que se quiere mantener contentos a los jubilados. Además, es sorprendente la previsión de una caída en el PIB del 0,5%. Ningún organismo internacional o institución económica lo contempla. El abanico va desde el 1,2% de retroceso en el FMI, hasta el 1,6% de las agencias de calificación. No cabe duda, pues, de que el Gobierno –y con ello sus previsiones de ingresos- ha sido muy optimista. Probablemente, pasados unos cuantos meses del ejercicio, se tendrán que volver a retocar los PGE. Ojo, y no sería la primera vez