Las próximas generaciones de jubilados revolucionarán el concepto de vejez. Los jóvenes actuales llegados a la tercera edad no permitirán que se les relegue a un segundo plano ni que se les discrimine, serán más activos y alzarán la voz en muchos temas. Hace casi una década que Enrique Gil Calvo nos dejaba estas ideas premonitorias en su libro El poder gris. Una nueva forma de entender la vejez. Solo que parece que los acontecimientos se han adelantado algunas décadas.
Las imágenes de grupos de ancianos tomando pacíficamente las oficinas de Bankia en las principales capitales de España han traído a la actualidad el ensayo del sociólogo oscense. Los “yayoflautas” parece que quieren dejar de ser simplemente una etiqueta simpática para pasar a la acción.
Puede que no se manejen bien con las nuevas tecnologías pero alguien lo puede hacer por ellos. Sus acciones se han coordinado a través de las redes sociales, incendiadas minutos después de la ocupación. Quienes acusaban a los movimientos de indignados de intentar cambiar el mundo desde la silla del ordenador se han encontrado con un inesperado brazo ejecutor. Los actuales jubilados son una generación que ha vivido a caballo entre la dictadura y la democracia, conocen lo que es significarse en público y prefieren los hechos a las palabras.
Lo extraño es que hayan tardado tanto el dar un paso adelante ante la actitud mucho más pasiva de sus hijos y nietos y frente a los desmanes de políticos y banqueros. Conocen el valor de los derechos adquiridos tras años de lucha y temen que se pierdan con la excusa de la crisis.
La revolución industrial fue el principio del fin de la gerontocracia. Y la modernidad se encargó definitivamente de entonar la oda a la juventud. Pero cometió varios errores: considerar a la tercera edad como un grupo homogéneo, sin diferenciaciones etarias ni de clase, negar la potencialidad demográfica de un grupo cada vez más numeroso y no acertar a ver el creciente conflicto entre edad cronológica y vitalidad cultural.
Los “yayoflautas” quieren hacerse notar y, además, poseen un bien muy preciado en la actual sociedad…tienen tiempo.