… y los investigadores salieron a la calle. Para protestar por los recortes previstos en los PGE del año próximo. Los rectores de las universidades denuncian la reducción en los presupuestos de la inversión en I+D+i que en 2011 ya había descendido en dos años desde el 1,39% hasta el 1,33% del PIB, haciendo retroceder la investigación española 20 años y obligando al éxodo a varias generaciones de investigadores, como denuncia la revista Science. A todo esto, y a pesar de la reprimenda de Bruselas, los rectores políticos miran para otro lado mientras prometen hacer más con menos. Aquí, en Asturias, el plan regional de I+D+i, se encuentras paralizado desde hace dos años y a los recortes presupuestarios paras la investigación se añade la reducción de 214 docentes. Es decir, se detrae capital humano, lo que indudablemente repercutirá todavía más en la calidad de la investigación. Si tenemos en cuenta que en las universidades compaginar docencia e investigación es obligatorio, el reparto de más horas de docencia entre un menguante profesorado no hará sino empeorar la calidad de las investigaciones.
Como la realidad es muy caprichosa quiso la casualidad, que muchas veces parece tener poco de accidental, que el anuncio de los recortes coincidiera en el tiempo con la presencia en Oviedo de Emilio J. Castilla, sociólogo e investigador del MIT que había venido a recibir el premio Fundación Banco Herrero 2012 Pero Castilla no vino solo a recibir su galardón. Tuvo tiempo a la mañana siguiente para hablar en la Facultad de Economía y Empresa sobre el sistema meritocrático que opera en los Estados Unidos. Un sistema que, con sus defectos, para nosotros quisiéramos. “Allí no se nos pasa por la cabeza recortar ni un dólar en investigación” dijo Castilla, lo que ha llevado al conjunto de empresas creadas por el MIT a situarse como la 11ª potencia mundial en materia de innovación.
Cierto es que el MIT es una institución privada, que dispone de una mayor financiación que las universidades públicas españolas. Y no parece tampoco este el mejor momento para el mecenazgo de proyectos de investigación. Pero también pesa la herencia. En parte por la poca implicación de la iniciativa privada pero también porque la universidad ha estado muy alejada de la empresa durante mucho tiempo. Tan distante como la sociedad española de la investigación. Así no es extraño que en un estudio sobre cultura científica elaborado por la Fundación BBVA en mayo de este año los españoles fueran los peor informados sobre ciencia de los diez países que participaron en la investigación. Casi la mitad de los españoles encuestados no fue capaz de nombrar a ningún científico, ni español ni extranjero y ni siquiera conocían a Severo Ochoa o a Ramón y Cajal, los dos únicos Premios Nobel que ha dado nuestro país. Según este estudio el nivel de cultura científica se equipara al que tenían los EE.UU… hace 70 años.
Y eso que la publicación se refería a algunas de las actividades científicas más reconocidas y que gozan de mayor prestigio en nuestro país. De las Ciencias Sociales ni hablamos. Pero es el campo en el que yo investigo, aunque sea a tiempo parcial, así que quiero romper una lanza a su favor en un momento como este en el que estas ciencias se hacen cada vez más necesarias para enfrentarse al omnímodo poder financiero. Hay que reivindicar la utilidad de las ciencias sociales y dar a conocer que en esta disciplina también se está investigando bien, a pesar de la escasez de recursos disponibles. Un ejemplo, es el Departamento de Sociología de la Universidad de Oviedo, de reciente creación pero en el que nunca han faltado buenos proyectos nacionales y europeos desde su creación. El Ranking I-UGR de Universidades Españolas según Campos y Disciplinas Científicas situaba al Departamento de Sociología en novena posición, avalando una actividad investigadora en la que ha ganado proyectos competitivos y ha logrado colocar publicaciones entre las mejores revistas nacionales. E incluso ha conseguido internacionalizarse impulsando proyectos como el de la Red de Excelencia Reconciling Work and Welfare in Europe (RECWOWE).
Es solo un ejemplo, el más cercano que conozco, pero que ilustra el trabajo bien hecho a pesar de las dificultades y las penurias presupuestarias. Un logro más importante aún si tenemos en cuenta que no existe un Grado de Sociología en Asturias. Así que parece que sí es posible hacer más con menos. Pero, por favor, que no se enteren nuestros políticos, para no darles más motivos para sacar las tijeras. Por mi, tranquilos, ellos no me leen. Creo.