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Angel Alonso

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Jaulas de hierro

“Con la institución del liderazgo comienza, como consecuencia de lo prolongado de la función, la transformación de los líderes en una casta cerrada.” (Robert Michels. “Los partidos políticos”, 1911).

El sociólogo alemán Robert Michels estudió en profundidad las organizaciones a gran escala, y sus aportaciones  siguen teniendo validez nada menos que ¡un siglo después!, lo que demuestra que partidos políticos, sindicatos y patronal, por ejemplo, mantienen estructuras basadas en una jerarquía inflexible, propia de otra época. Quizás debido a ello, todas se encuentran entre las instituciones menos valoradas en nuestro país, la intensidad sindical en España se encuentra por debajo de la media europea y de la OCDE, y las principales formaciones políticas experimentan un descenso en su ya menguado número de  afiliados. Salvo el partido en el gobierno,  tal  vez por las expectativas que el poder genera entre sus simpatizantes.

Dan Miller: art for sale

El problema es que estamos acostumbrados al modo de hacer de estas organizaciones. Por eso no nos sorprende que los dirigentes políticos solo en raras ocasiones se expongan al juicio público fuera de los actos organizados con militantes y simpatizantes. Más allá de estas alocuciones ante un público entregado, sus intervenciones se limitan a las cada vez más cortas apariciones en campaña  electoral.

Por lo demás, lo habitual son congresos en los que el líder es aclamado por una mayoría aplastante, o simulacros de primarias con un solo candidato. La posible competencia se elimina previamente disfrazada de unidad de partido y el candidato oficial es exaltado y su liderazgo indiscutido. En ocasiones, por décadas. Y no porque no exista debate interno sino porque “el que se mueve, no sale en la foto”.

Lo dicho anteriormente, vale también para el resto de anquilosadas organizaciones mencionadas en la entrada de este post. No tenemos más que ver los ejemplos de nitidez que demuestran. La CEOE se opone sin dismulo a someterse a la futura Ley de Transparencia y anticipa que no va a exponerse al escrutinio público de sus cuentas. Si esta amenaza se cumple, no solamente estaría vulnerando la ley, sino demostrando una peculiar concepción del dinero público  coincidente con la de Carmen Calvo: “El dinero público no es de nadie”. Solo así se explica que se escuden en su condición de organización privada, obviando el dinero que reciben vía Presupuestos Generales del Estado, que supone “solo” un tercio de sus ingresos.

www.cortinas.es

Los sindicatos, por su parte, aceptan a regañadientes la Ley de Transparencia, aunque apelan a la libertad sindical para poner trabas a su inclusión plena en la misma. Si no fuera por la incoherencia ideológica que mostrarían, se opondrían también frontalmente, porque sus modos no son muy distintos a los de las organizaciones políticas o empresariales. Candidatos elegidos también por aclamación y largos mandatos en organizaciones cada vez más profesionalizadas, en las que los militantes quieren hacer carrera, algo incompatible con incomodar al jefe.

Michels era muy pesimista sobre la posibilidad de alcanzar  democracia interna en las organizaciones, por la tendencia a desarrollar una estructura burocrática que lo impide. Creía que el líder, con el paso del tiempo, adquiere  un conocimiento especializado y una capacidad política que le perpetúan en el poder al tiempo que aleja a los militantes de participar con garantías de éxito en el proceso político de la organización.

Plataforma Constitucional

En Asturias, la hermana menor de la CEOE, está dando todo un ejemplo de democracia interna al estilo del que describe Michels en la “ley de hierro de la oligarquía”. Su contemporáneo y maestro, Max Weber, definía el poder como la capacidad de imponer la voluntad de una persona sobre la conducta ajena, y la dominación, como la creencia firme en el derecho al ejercicio del poder.  Por eso, al presidente de FADE, una proporción de apoyo inferior al 100% le parece escasa, y se dedica a destituir a los críticos con su gestión. Indios o vaqueros al margen, la perjudicada es la imagen de una organización. Las lógicas peticiones de dimisión del sector crítico de FADE han hecho reaccionar a su presidente según lo previsto por Michels, creyendo en su grandeza, identificando la organización consigo mismo y las diferencias de criterio con los enemigos que amenazan la unidad y armonía internas. El sociólogo de Colonia, decía que una vez alcanzado el poder, el principal interés de las élites es perpetuarse, aunque algunas de sus decisiones vayan en contra del interés general de la organización. Díaz Ferrán también intentó aferrarse al poder y no encontraba relación entre un problema empresarial y la representación de una organización. Tiempo al tiempo.

Sobre el autor

Soy sociólogo y me considero una persona dinámica, a la que le gustan los retos personales y profesionales. Esa inquietud se refleja también en mi compromiso con la sociedad, civil, ayudando a organizar actividades como foros y congresos como miembro de la Asociación Asturiana de Sociología y de la Junta de Gobierno del Colegio de CCPP y Sociología del Principado de Asturias. Escribo cuando puedo en este blog y participo con cierta asiduidad como colaborador de medios locales, principalmente en prensa escrita y radio.


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