La concesión del Premio Princesa de Asturias de Ciencias Sociales a Alejandro Portes no puede llegar en un momento más oportuno, cuando las migraciones moldean las campañas electorales e influyen en las políticas nacionales e internacionales. También cuando el alarmante incremento del número de refugiados y la creciente emigración económica parecen haber avivado los problemas de integración y la discriminación que sufren muchas personas, amenazando, incluso, con socavar la convivencia en sociedades que hasta ahora habían sido modelos de convivencia.
La ciencia persigue el ideal de la objetividad, tratando de soslayar las preferencias personales, pero las reflexiones que realizan los investigadores no pueden obviar sus propias experiencias. Portes tuvo que abandonar con 16 años su Habana natal para residir primero en Argentina y después en Estados Unidos, donde realizó toda su carrera investigadora y, en su condición de migrante, encontró la inspiración para su objeto de estudio. Lo hizo a conciencia, convirtiéndose en uno de los referentes mundiales de la Sociología en ese ámbito. Sus análisis longitudinales sobre las dinámicas de integración de los inmigrantes de segunda generación y, especialmente, su investigación pionera sobre la adaptación de los hijos de inmigrantes a las sociedades de acogida, le han valido múltiples distinciones internacionales.
En estos momentos en los que algunos partidos políticos alientan los sentimientos xenófobos y la confrontación entre nacionales y foráneos, conviene destacar algunas de las conclusiones de sus estudios sobre España, pues nos hablan de un proceso de adaptación positivo, de una alta identificación con el país y de una baja percepción de discriminación entre los hijos de inmigrantes. Los miles de asturianos que a finales del siglo XIX buscaron fortuna como migrantes internacionales en La Habana o en Matanzas, probablemente se sentirían identificados con estas experiencias y orgullosos del galardón concedido a Portes.
También la Sociología debe mostrarse satisfecha…una vez más. En busca de un mayor reconocimiento social y dubitativa como suele mostrarse (seguramente más de lo debido) sobre su relevancia como conocimiento experto dentro de las ciencias sociales, no parece que sea esta la opinión del jurado de los Premios Princesa de Asturias, que ya ha distinguido a nueve profesionales de esta disciplina: Saskia Sassen, Ralf Dahrendorf, Jürgen Habermas, Anthony Giddens, Luis Díez del Corral y Juan José Linz , en la misma categoría que Portes, además de Zygmunt Bauman y Alain Touraine en la de Comunicación y Humanidades. Seguro que no es el último.