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Angel Alonso

Sociedad sin Red

Sin referencias temporales

El inicio de la novena legislatura en Asturias no ha podido traer peores datos en materia de empleo. Al creciente deterioro de todos los indicadores laborales (actividad, afiliación a la seguridad social, cobertura por desempleo) desde el comienzo de la crisis económica, se unen los datos del paro registrado y la EPA,  que constituyen todo un varapalo para el empleo en la región.

TPA

En el corto plazo, teníamos en Octubre 5.192 parados registrados más que el mes anterior, o lo que es lo mismo un 5,5% de aumento, cifra que triplicaba la media nacional. En la comparativa interanual, un crecimiento del 20,72% (17.013 parados más) duplicando casi las cifras nacionales. Y los datos de la EPA recientemente conocidos no son mejores: 4.200 parados más que en la anterior ola, un 4,11% más, lo que multiplica por cuatro el aumento en el conjunto del país. Por si fuera poco, la ratio pensionistas-cotizantes sigue disminuyendo, acercándose ya peligrosamente al equilibrio entre perceptores y contribuyentes al sistema. Vamos, lo que viene a ser la confirmación del optimismo de la ministra Báñez.

Pero más allá de los fríos datos, tal vez resulte interesante preguntarse por qué si las dificultades que se afrontan son generalizables a España, algunos de los indicadores laborales de Asturias son mucho más negativos que los del resto del país? O más bien, ¿por qué ahora Asturias ofrece cifras notablemente peores que la media cuando hasta hace poco capeaba mejor el temporal de la crisis? Dejadme apuntar algunos motivos.                                                                                                                                   

En primer lugar, desde hace años se nos viene insistiendo desde las instancias políticas de las bondades de la terciarización económica de la región, con una apuesta decidida por el turismo y el desmantelamiento del sector industrial. El profesor Köhler ya se refería hace un año a la necesidad de que los servicios se desarrollen en torno a un núcleo industrial fuerte, al estilo de lo que ocurre, por ejemplo, en Alemania. Pero en Asturias se ha consentido política y socialmente el cierre de sectores estratégicos para la región, como el sector naval, con el pretexto de que no son viables económicamente. Sin embargo, en otras regiones españolas y en astilleros que atravesaban por dificultades similares a los asturianos se continúan haciendo barcos. Allí los respectivos gobiernos y organizaciones sindicales regionales luchan por su subsistencia.

Y no creo que sea necesario recordar que el turismo, especialmente el interno no goza de su mejor salud. Así que por aquí, al menos de momento, el crecimiento es limitado, contrariamente a lo que algunos pensaban. Este año ni siquiera el turismo rural ha sido capaz de salvar la campaña de una región que no consigue atraer a visitantes extranjeros. Si además hablamos de un sector con un claro componente estacional, más en una región con una climatología como la asturiana, se entiende fácilmente que los posibles nichos de empleo se reducen.

En segundo lugar, el empleo público maquillaba hasta ahora las cifras. No en vano, en el tercer trimestre de 2012, Asturias era una de las cinco regiones en donde todavía seguía creciendo el empleo en las Administraciones Públicas y con el mayor porcentaje (4,7%). Sin embargo, el ritmo había decrecido ya considerablemente desde el 7% del primer trimestre. Así que los ajustes para contener el déficit han llegado finalmente a la región y el empleo público ha sido incapaz de sostener un descenso del empleo privado de casi el 19%.

En tercer lugar, todos los informes (Hispalink, Funcas, BBVA) sitúan a Asturias entre las regiones más afectadas por la crisis en 2012, cuando un año antes estaba entre las que mejor lo capeaban. Pero este agravamiento se ha producido, sobre todo, a partir de 2011, un año prácticamente perdido para el Principado debido primero a la inestabilidad política, provocada por una irresponsable falta de voluntad de consenso. Y la posterior inacción ocasionada por el adelanto de las elecciones a la Junta General del Principado, tampoco ha contribuido a la mejora de la situación económica de la región, sino al contrario.

Así que parece que urge, como mínimo actuar en tres frentes distintos. A saber: uno. Cambios en la política económica de la región que eviten la desaparición total del sector industrial. En este terreno, el Gobierno regional haría bien en “coger el toro por los cuernos” en dos asuntos tan espinosos como la minería y el problema de Arcelor. Sin olvidar el sector naval, que aun con las dificultades actuales de contratación (por el constreñimiento del mercado) y financiación (tax-lease) cuenta con un activo muy importante como el que representan las instalaciones de la antigua Juliana Constructora, uno de los mejores astilleros de Europa. Y no para hacer atuneros precisamente. Por productividad y rentabilidad.

Dos. No continuar con los recortes en la inversión pública para no profundizar la recesión y el deterioro de la actividad económica de la región. Expertos en Ciencias Sociales, y no precisamente advenedizos, como Stiglitz y Krugman vienen advirtiendo desde hace tiempo de lo nefasto de tales políticas.

Y tres. Afrontar la incipiente legislatura con espíritu de consenso y entendimiento entre todas las formaciones políticas. Si de una vez por todas se dejan a un lado intransigencias y actitudes partidistas, tal vez sea posible recuperar el juego de la política, basado en pactos y cesiones. Y en este sentido no hay alianzas contra natura si el resultado es beneficioso para el conjunto de la sociedad asturiana.

 

Publico.es

La crisis no es específica de España, ni de Asturias, pero el país y la región comparten la emergencia del paro como el primer escollo a salvar para salir de las dificultades. No podemos olvidar que el trabajo es un concepto sociológico clave, que trasciende incluso el ámbito económico. En palabras de Lazarsfeld “La pérdida del trabajo asalariado significa además para el trabajador y su entorno familiar la pérdida de las referencias temporales, conflictividad, alienación y una amarga sensación de pérdida de dignidad”.

Sobre el autor

Soy sociólogo y me considero una persona dinámica, a la que le gustan los retos personales y profesionales. Esa inquietud se refleja también en mi compromiso con la sociedad, civil, ayudando a organizar actividades como foros y congresos como miembro de la Asociación Asturiana de Sociología y de la Junta de Gobierno del Colegio de CCPP y Sociología del Principado de Asturias. Escribo cuando puedo en este blog y participo con cierta asiduidad como colaborador de medios locales, principalmente en prensa escrita y radio.


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