Las Vegas Sands apremia para buscar una solución que despeje el camino de Eurovegas en la Comunidad de Madrid. En realidad, en su propuesta se encierra la solución que ponga fin a tantos meses de espera. Lo que piden es “un marco legal” que permita desarrollar el proyecto en condiciones que no cambien con el tiempo”. Así planteado, parece que van a desembarcar en el lugar apropiado, en España, un estado de derecho en el que existe seguridad jurídica. Así que, humos al margen, ya pueden respirar tranquilos. ¿O no?
Digo esto porque hace unos días la ministra Ana Mato anunciaba que se están buscando fórmulas para compaginar el objetivo “imprescindible” de la creación de empleo” con la “defensa de la salud”, algo que a algunos malpensados nos ha sonado a modificar la denominada Ley Antitabaco (Ley 42/2010 de 30 de diciembre). Suponemos, pues, que el anuncio no habrá sido muy del agrado del los hombres de Adelson, como se ve, muy interesados en la estabilidad de nuestro marco legislativo. Y menos, cuando Ana Botella ha instado, no sé si en inglés o en español, a buscar una fórmula para que se pueda fumar en Eurovegas. “Todos somos libres de fumar o de no fumar, de ir o de no ir a Eurovegas” es su libérrima solución que, por cierto, recuerda mucho a la planteada por su cónyuge para maridar bebidas alcohólicas y conducción de vehículos a motor.
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Tampoco, supongo, les habrá llenado de satisfacción que el presidente en funciones de la Comunidad de Madrid haya advertido de que “las decisiones estratégicas tienen mucho que ver con la facilidad del desarrollo de negocio” para las multinacionales. Declaraciones como las de Ignacio González crean una gran inseguridad jurídica porque nada impide que en el futuro otros inversores reclamen estrategias de negocio que entren en colisión con las propuestas por Las Vegas Sands.
Por eso, en los últimos días se ha filtrado, de forma velada, la posibilidad de que Eurovegas termine convertida en “Asiavegas”, para mayor pesadilla de Ana Botella, que podría ver como en poco tiempo dos de los proyectos que amadrina se esfuman en dirección a Japón. No hay peligro de que esto ocurra, se ha apresurado a zanjar Ignacio González, pero el portavoz de su Gobierno ha enseñado más las cartas. Un hombre que se llama Salvador Victoria debe tener marcado a fuego el éxito en su vida, por eso juega fuerte y no se corta al admitir que “no es la financiación” el principal escollo en las negociaciones, sino que el Ejecutivo central cumpla “una serie de cuestiones comprometidas” con los hombres de Adelson. Parece confirmarse que el brindis con vino Kosher de hace más de un año rubricaba negociaciones sobre el uso y disfrute (¿relaxing?) del tabaco. Y, quién sabe, si acerca de cuestiones relacionadas con la edificabilidad sin restricciones o la eliminación de trabas en el mercado de trabajo y para el movimiento de capitales. Todas ellas, por supuesto, en aras de una mayor seguridad jurídica.
Gruposociologos publicaba el año pasado una entrevista con Antonio Negri, en la que este afirmaba que “el orden ejercido por el capital financiero tiende a saltar las mediaciones institucionales de las modernas democracias y se funda en el chantaje, por el solo hecho de que las garantías, en última instancia, del goce de los derechos esenciales, de la casa, la salud, la reproducción de la vida y los mismos salarios dependen, en forma irreversible, de las dinámicas y las continuas turbulencias del mercado”. Los hombres (y las mujeres) de Adelson convertidos en los nuevos SWAT de Harrelson: armas y tácticas especiales. O las de toda la vida. Ah, y perdón por el juego de palabras.
P.S.: Un estudio de la Asociación Americana del Corazón (American Heart Association), ha encontrado una correlación significativa entre la prohibición de fumar en los casino y la disminución de emergencias médicas relacionadas con los efectos nocivos del humo de tabaco.