La madreña como símbolo contracultural | Sociedad sin Red - Blogs elcomercio.es >

Blogs

Angel Alonso

Sociedad sin Red

La madreña como símbolo contracultural

El Movimiento Okupa (Squat) surge en Europa Occidental en los años sesenta del pasado siglo y, como todo movimiento social presenta diferencias entre las personas que lo conforman y los objetivos que persiguen. Ni siquiera existe un  acuerdo generalizado sobre la denominación del propio movimiento, al que algunos de sus integrantes prefieren referirse como “movimientos de centros sociales”. Vaya esto por delante, ya que existe la tendencia, en muchos casos malintencionada de confundir grupos y objetivos.

En las últimas semanas, han cobrado actualidad dos de estos centros sociales, o mejor dicho, Centros Sociales Okupados Autogestionados (CSOAS) como prefieren autodenominarse. La Madreña y Can Vies, hasta donde llego a conocer, presentan similitudes pero también diferencias. Entre otras, el tiempo que llevaban siendo referente como una vía alternativa para la vida colectiva de la población de sus respectivas ciudades, mucho más prolongado en el caso catalán. No son los únicos CSOAS que han sufrido el desalojo o la demolición. El Gatzetxe (esta es la denominación que toman en el País Vasco y Navarra) Kukutza y el antiguo frontón Euskal-Jai también se convirtieron antes en referentes de la resistencia cultural frente a lo que sus ocupantes consideraban símbolo de la mafia especulativa. Parece que también los amotinados de La Madreña podrían haber encontrado en la corrupción y los intereses urbanísticos la razón de ser última de sus actividades, aunque esto no es sino una simplificación del problema, de nuevo, probablemente, interesada.

La respuesta a las políticas urbanísticas (con los problemas derivados de la ausencia y carestía de la vivienda) y las necesidades socioculturales podrían encontrarse, sí, detrás de la ocupación de estos centros. Pero olvidémonos, por el momento, del primero de los dos marcos de acción colectiva que atribuyen polítologos y sociólogos a este movimiento y centrémonos en el uso de los espacios ocupados para uso sociocultural. Esto nos hace remontarnos, obligatoriamente, a los ateneos populares surgidos a finales de siglo XIX como respuesta a la escasez de servicios básicos educativos para la clase obrera. El espíritu de estos ateneos se ha mantenido en los CSOAS y también su uso para difundir las ideas republicanas e izquierdistas de algunas organizaciones, un hecho que, sin duda, ha contribuido a su desalojo.

Más cercanos en el tiempo, surgen los centros cívicos en plena fiebre descentralizadora. Los servicios socioculturales no iban a ser menos, máxime si tenemos en cuenta la elevada demanda ciudadana, por lo que rápidamente se convierten en referentes de los distintos barrios. Los centros municipales de Gijón y Oviedo podrían ser una muestra de buena integración entre equipamientos municipales y participación ciudadana en  la vida pública, social y cultural. Sin embargo, para algunos colectivos, estas instalaciones no puedan convertirse en una “opción de vida políticamente consciente, participativa, autogestionada, creativa, sin dependencia de las jerarquías establecidas y fuera de las dinámicas del mundo del consumo y del mercado”, tal y como perfectamente describe la politóloga polaca Magdalena Staniewicz la esencia del Movimiento Okupa en este artículo. Aquí encontramos, también, algunas de las claves para entender el movimiento: valores posmaterialistas opuestos a los materialistas (Inglehart),  la existencia de injusticias que pretenden ser evidenciadas a las autoridades, o la creación de un nuevo movimiento social capaz de generar una escena política alternativa en la que tengan cabida sus prácticas culturales.

Tal y como avancé un poco más arriba, confluyen, finalmente, urbanismo y movimiento sociales, pero también otras cuestiones importantes desde una perspectiva sociológica como la gentrificación. Para abordar esta última volveré de nuevo a Staniewicz, quien abre una discusión ciertamente innovadora sobre el asunto. Rozbrat, una casa ocupada de la ciudad polaca de Poznan, pretendía  “romper con la estética burguesa de la ciudad y atraer a personas que pensaran de forma diferente”, presentándose como una ciudad alternativa que abanderara la contracultura europea: puro Richard Florida. Pero para aquellos a los que no les guste el polémico economista estadounidense, Staniewicz nos ilustra al final de su artículo sobre cómo Robrat, y con ella todo el Movimiento Okupa, obtuvo legitimidad en la esfera pública, tanto que aportaba valor a la solicitud de la candidatura de Poznan como capital europea de la cultura en 2010. El punto de equilibrio lo encontraron cuando se otorgó más peso a la condición de centro cultural independiente que a la crítica de las políticas locales concretas. Históricamente, el framing urbanista no ha servido al Movimiento Okupa para la legitimación de sus actividades y les ha alejado de sus objetivos convirtiéndoles en un desafío para las autoridades. Piensen en ello los integrantes de La Madreña,  y también el Alcalde de Oviedo, ideológicamente muy alejados pero, hasta donde sé,  todos ellos reflexivos y dialogantes.  Seguro que encuentran un espacio común para que La Madreña se convierta en algo importante para Oviedo. El alcalde ya dijo estar trabajando para hallar una ubicación alternativa. Así sea.

Sobre el autor

Soy sociólogo y me considero una persona dinámica, a la que le gustan los retos personales y profesionales. Esa inquietud se refleja también en mi compromiso con la sociedad, civil, ayudando a organizar actividades como foros y congresos como miembro de la Asociación Asturiana de Sociología y de la Junta de Gobierno del Colegio de CCPP y Sociología del Principado de Asturias. Escribo cuando puedo en este blog y participo con cierta asiduidad como colaborador de medios locales, principalmente en prensa escrita y radio.


junio 2014
MTWTFSS
      1
2345678
9101112131415
16171819202122
23242526272829
30