Hace unos días se celebró en el Centro Cultural Antiguo Instituto la mesa redonda “Entre el yihadismo y la islamofobia: ¿la convivencia intercultural en entredicho?”, organizada por la Asociación Asturiana de Sociología (AAS), en la que participaron mi compañero de la AAS y en la Universidad de Oviedo Hans Van den Broek, Yahya Zanabili, presidente de la Comunidad Islámica de Asturias, y Mohhamed Hakkou, educador-mediador en ACCEM-Asturias. Yo mismo tuve el placer de oficiar de moderador del acto.
El día antes, en una entrevista en la RPA, me preguntaban si la organización de esta mesa redonda surgió después de los asesinatos de Charlie Hebdo. Mi respuesta fue que este suceso de indudable impacto social probablemente anticipara un acto que antes o después hubiera tenido lugar. De hecho, no es la primera vez que la AAS organiza una actividad en torno a la Islamofobia, gracias a que contamos en nuestra organización con un especialista como Hans.
El atentado de París ha traído de nuevo a la actualidad la en su día polémica teoría del choque de civilizaciones de Samuel P. Huntington, que cuenta con tantos detractores (si no más) como partidarios. Sea como fuere, la realidad es que las tensiones entre Oriente-Occidente son de nuevo evidentes. Quizás sin alcanzar lo que Huntington preveía como una organización del mundo basado en las religiones, lo cierto es que las “líneas de ruptura” de las que hablaba el politólogo neoyorquino reaparecen cada poco.
La finalidad de esta mesa redonda era hacernos alguna preguntas, quizás no tan evidentes como las que se han hecho sobre todo en los medios de comunicación, para debatir y tratar de contribuir a la explicación de fenómenos como el Yihadismo y la Islamofobia. Y con ese objetivo abrió Hans su intervención, en la que comenzó ilustrándonos sobre la retroalimentación que en muchas ocasiones se produce entre radicalismo musulmán y extrema derecha en Europa. También sobre la falta de perspectivas, la discriminación y el rechazo social que sufren muchos jóvenes musulmanes nacidos en Europa, tras los cuales se esconden algunos de los motivos por los que se radicalizan y se convierten a la causa del yihadismo. El “analfabetismo religioso” y la manipulación del los “ciber-imanes” no harían sino avivar este fuego.
Precisamente a propósito de la confusión terminológica que existe en asuntos relacionados con el Islam se centraron las intervenciones de los dos invitados que completaban la mesa, Yahya Zanabili y Mohhamed Hakkou. Ambos musulmanes, se esforzaron en explicar que yihad significa sacrificio, pero en el sentido de esfuerzo y abnegación en todos los órdenes de la vida. Sin embargo, la palabra se ha malinterpretado y deformado hasta convertirla en sinónimo de violencia y terrorismo, algo a lo que han contribuido algunos medios de comunicación, como también Hans había sugerido antes. Tanto Zanabili como Hakkou hablaron del Islam como una religión de paz y los dos aseguraron que quienes conocen verdaderamente su religión así pueden corroborarlo, aunque las dictaduras de los países musulmanes (algunas de las más duras del mundo, como reconoció Zanabili) no ayuden mucho a romper con estos estereotipos.
Los tres ponentes hicieron hincapié en el doble estigma que para la comunidad musulmana suponen los atentados terroristas perpetrados en nombre del Islam, ya que la mayor parte de las víctimas de esos actos violentos pertenecen a la comunidad musulmana que, además, sufre después la persecución y el rechazo como consecuencia de los mismos.
Se echó en falta una voz femenina en el debate, algo que los organizadores no logramos a pesar de solicitarlo expresamente en nuestras invitaciones, dada la importancia de la presencia de alguna mujer en la mesa (en este reportaje aparecen algunos testimonios). E inevitablemente la discriminación y el sometimiento de las mujeres musulmanas apareció en el largo y por momentos acalorado debate que siguió a las intervenciones de los invitados, con un público compuesto de forma mayoritaria por…hombres musulmanes y mujeres no pertenecientes a esta comunidad. Con esta controversia como asunto central de la discusión, con la existencia o no de estados que subvencionan el terrorismo yihadista y con la pregunta de qué hacer, desde la política, las ONGs, y la sociedad en general se cerró una mesa redonda que superó largamente el horario previsto inicialmente y que nos obligó a continuar el debate ya puertas afuera del CCAI. Tampoco fue suficiente, así que nos emplazamos para tratar de restañar heridas en una próxima ocasión.