El año pasado se reinventó el Trofeo Principado que diez años antes tanto el Sporting como el Oviedo buscaron la fórmula de dejar de disputarlo, por las repercusiones negativas que tenía para el perdedor.
El cuadro deportivo de Vicente Álvarez Areces recuperó el trofeo, con la fórmula de partido único, cada año en un campo. Esta edición toca en Oviedo, pero el trofeo nace con tensión y polémica, sin olvidar una diferencia de dos categorías entre los contendientes. Las relaciones entre los consejos de administración de ambos clubes están totalmente rotas por el caso Jairo y la búsqueda de una fecha para su disputa resulta problemática. Descartado agosto, ahora se busca setiembre, en día de fiestas en Oviedo. Vega-Arango ya conoce la intención del Principado y ha asentido a la propuesta, porque el dirigente rojiblanco nunca dice no a determinados estamentos. Sin embargo, los técnicos deportivos del club no saben nada de este encuentro. Emilio de Dios no tiene constancia de este encuentro y Preciado se limitó a decir que “algo he leído”.
Desde el punto de vista rojiblanco, es incoherente jugar un partido de este tipo en pleno mes de setiembre, a dos días de un encuentro oficial, con el requisito de llevar a los titulares. Además, tener que enfrentarse a un rival de Tercera División, categoría que en la pretemporada evitó el cuadro técnico rojiblanco, por coherencia en el nivel de los preparativos, sólo podría admitirse como carácter benéfico o de solidaridad con alguna causa de tipo social.
El caso es que el Principado empezó a organizar su trofeo con una improvisación impropia de un trofeo de esta magnitud, sin tener en cuenta al Marino, que debería ser el rival del Sporting, como segundo equipo representativo del fútbol asturiano. Si recordamos la última clasificación, hasta el Universidad de Pulgar hizo más méritos que el Oviedo para disputar este trofeo.
Daniel Gutiérrez Granda debería explicar qué baremo se toma para elegir a los contendientes del trofeo asturiano y para determinar la fecha. Me cuenta uno de mis topos de Mareo que Vega-Arango es el único que no pone objeciones al Principado, porque hay una subvención firmada, aunque afecta a la publicidad de las camisetas, no al partido en cuestión. El resto, no quiere. Por cierto, si por fin se celebra el 20 de setiembre en el Carlos Tartiere, en pleno San Mateo, casi le irá mejor a don Gabino que a don Vicente. ¿A ustedes qué les parece?