El Sporting jugó el primer partido de la pretemporada, con aire informal ante el primer filial como sparring. Tres goles marcados por Carlos Álvarez, para el primer equipo, y Luis Morán, para el conjunto de Acebal. Se vio más fluidez de juego en el equipo de Kike Mateo y Jorge Pina, el del primer tiempo, aunque en el segundo, con Barral y Omar en la delantera, se produjeron más ocasiones de gol, pero el portero Alberto, que vuelve tras un año de cesión en el Ceares, amargó al gaditano.
Preciado tiene las cosas claras y su objetivo es que venga Congo, otro delantero y un central, con libertad de salida para Chus Bravo y Karanka, aunque ninguno de los dos parece dispuesto ahora a abandonar Mareo. El puzle lo propone el entrenador, lo desarrolla Emilio de Dios y lo ejecuta Vega-Arango.
Parece que el Sporting logró formar una plantilla ilusionante, pendiente de las últimas remodelaciones. El culebrón del verano está en su recta final. Es lo que más preocupa a Vega-Arango, quien se equivocó al no fijar un plazo para que el colombiano respondiera. Por eso estamos así a estas alturas, esperando otro miércoles. Estar bajo el influjo del máximo accionista tiene sus riesgos. Por cierto, me insisten en que Fernández no tiene nada que ver en las decisiones que se toman en el Sporting. Antes decían que sólo iba dos veces al año. Una, a comprar lotería de Navidad. Y otra, a pagarla. El lunes pasado puede que haya ido a tocar el aguinaldo.