Al Sporting sólo le falta fichar a Bea, aunque el culebrón de las tardes televisivas tiene últimamente menos gancho que el de Congo. El club gijonés parece que le tocan todos los casos largos. El primero fue el de Tortolero. Dos meses después de que hubiera trascendido la oferta se cerró el caso en el Nástic. El de Gaspar y Ramón también duró algo más de un mes, con seguimiento diario. O sea, 30 capítulos, para acabar en nada.
Ahora tiene pinta de sumarse a la lista el de Gerard. Su representante, el catalán José María Orobitg, ya advirtió que el caso no se cerraría en un plazo corto. Sin embargo, Preciado dijo que se concreta de inmediato o se valora otra opción. A ver qué dicen en la planta noble y en el consulado rojiblanco de Marbella.
Otro es el de Javi Fuego. Su representante lo quiere en Primera. Para Preciado no es la primera opción para el centro del campo, pero Vega-Arango tiene miedo a dejar marchar a un chaval de 23 años, que aún está en proceso de eclosión. Los 480.000 euros que Eugenio Botas ofrece no le valen al Sporting. El representante aporta esta cantidad por medio de un crédito a su nombre, para luego negociar con un club. El Recreativo es el destino más interesado.
Javi Fuego ve la oportunidad de su vida y el padre del chaval visitó a Vega-Arango para pedirle que le permita solucionar su futuro en un club de Primera. Lo chocante es que Vega-Arango valora ahora por todo lo alto a Javi Fuego, mientras que Fernández lo mete en el saco de los que considera futbolistas de Segunda B, que son todos los del Sporting, menos Congo. Si el dueño da permiso, el presidente tendrá que dejar marchar al poleso.
Ya sabe el señor Fuego en qué puerta tiene que picar para solucionar el futuro de su hijo, sin que el caso llegue a culebrón. Puede aprovechar ahora, que el dueño del Sporting anda por Gijón. En agosto, esta es una ciudad excepcional, con muchas actividades para elegir y disfrutar. Por eso hay tanta gente. Sólo falta Congo. Él se lo pierde.