Desde el mes de mayo, el cuadro técnico del Sporting había propuesto a Chus Bravo y Karanka como descartes, lo que se trasladó al Consejo de Administración. Con los interesados, sólo Emilio de Dios habló con el defensa gijonés, para comentarle que no estorbaba en el vestuario, aunque iba a tener pocas opciones de jugar. Sin embargo, el presidente dio orden de sacarlo como sea, porque nunca está disponible, ya que parece estar lesionado permanentemente.
El delantero vitoriano sólo recibió noticias por los medios informativos y por intermediarios a los que el Sporting les encargó colocarlo en otro equipo. Ningún responsable del club le notificó su situación. ¿No les parece asombroso?
El lunes por la tarde, en una reunión en Mareo, a la que, por cierto, asistió don José Fernández, se habló de la composición de la plantilla. No estuvo en la cita Emilio de Dios. Se habló de los descartes de Chus Bravo y de Karanka y del interés por Mena, Gaspar y Gerard, entre otros, y, como no, de Congo. El dueño del Sporting quería quitarle ya la oferta al colombiano y decantarse por otro delantero. Se habló de Aranda, cuya trayectoria resulta conflictiva. Todo ello al margen del director deportivo, quien no valoró esta opción. ¿Más asombroso?
El colmo es que ahora se le quiere proponer a Karanka la renovación de su contrato que acaba dentro de un año. Se le ofrecen dos campañas. ¿En qué quedamos? ¿Lo mandan marchar o lo dejan más tiempo?
Supongo que al final se hará lo que diga Fernández, que ejerce de dueño, presidente y secretario técnico. Pero todo en la sombra. Si preguntan a Vega-Arango les dirá que como máximo accionista tiene derecho a conocer las cosas que se hacen en el club, pero que no influye en el gobierno diario de la entidad. ¿Será verdad?