El Sporting dejó mejores sensaciones en Luanco, ante un sparring apocado. Me gustó Kike Mateo. Creo que fue el mejor jugador del partido y que va a ser la revelación de esta temporada. Que lo hayan echado del Hércules es un detalle de valor positivo. También le pasó a Tortolero. Barral dio sensación de ansia de gol. La pareja de centrales Gerard e Iván Hernández tuvieron un aire de seguridad aérea. Llevan camino de ser los titulares, aunque Chus Bravo y Jorge lo hicieron bien. Pablo de Lucas está desconocido. Parece que el verano le inyectó una agresividad con la que puede ser un gran centrocampista. Matabuena recorre kilómetros en todas las direcciones. Es la versión cántabra de Landeira, quien tuvo que acabar de lateral. No es la primera vez esta pretemporada. De Míchel no hay nada que decir, golazo incluido. Fue como el de su homónimo en el mundial de México. Hasta Karanka se reencontró con el gol y Roberto lo paró todo. Hasta un penalti.
En estos casos es conveniente poner los pies en el suelo, porque no todo el monte es orégano. Estos partidos, tanto el de Palencia, que fue horroroso, como el de Luanco, que fue ilusionante y esperanzador, son meras pruebas. En Luanco salió todo de cara. Cierto es que se buscó. La prueba de verdad llega ahora, ante el Racing y el Valladolid.
Lo que me parece que hay que pedir a Preciado es que empiece a hacer un bloque con una base de unos ocho jugadores que puede llamar titulares. Otros tres pueden cambiarse en función de las circunstancias, pero cuando el equipo funciona, no hay que tocar nada. Las rotaciones de la pasada temporada fueron un error, aunque el míster, que es un buen técnico, experto en fútbol y domina bien el vestuario, sabe que esas variantes para que todos se sientan importantes suelen dar, por lo general, malos resultados. Esta temporada tiene mimbres. Creo que se le puede exigir más. Al equipo y al entrenador, quien nos contará lgún día de estos el abrazo de Santander con Díaz Vega.
Dos cosas para acabar. He hablado con Torres, don José. Es el representante de Congo. Me dice que el lunes tomará una decisión sobre su futuro. Me he reído interiormente. Con cierto recato. Por educación. ¿Se referirá a mañana? Ya nos lo dirá el señor presidente. Otra. En Luanco hablan maravillas de Vega-Arango. ¡Claro! Cedió jugadores al Marino y encima, el Sporting les debe dinero. Vamos, que usted me alquila su casa y me debe dinero por ello. El genio es Luis Gallego, el presidente del Marino.