Se rompió la buena racha. Otra derrota en El Molinón ante un equipo que hizo lo justo, pero sin méritos suficientes para sumar un triunfo. La explicación principal es que el fútbol es así.
Hubo dos factores que pesaron demasiado. Uno, que Kike Mateo es fundamental en el estilo ofensivo de este Sporting y su ausencia fue un lastre. Otro, que Míchel y Matabuena no están como hace dos meses. Si a esto sumamos que Preciado dejó sentado a Barral en el primer tiempo, poco puede esperarse de Omar y Diego Castro como referencias ofensivas cuando el equipo se abusa del juego aéreo.
No entendí la suplencia de Barral. Decía Preciado que no fue un castigo, que fue una forma de dosificar al gaditano, porque lleva dos semanas con un tobillo con molestias. ¿No habíamos quedado en que sólo iban a jugar los que están al 100%? Aunque el míster diga que todo está muy bien, que las relaciones con los médicos son excelentes y que no hubo castigo a Barral, la única realidad es que la semana pasada, la ausencia de doctor Revuelta dejó desguarnecido al doctor Maestro y faltó la información oportuna al entrenador. No hubo coordinación, lo que no significa malas relaciones. El problema es de interpretación por parte del míster, pero el caso es que eso se tradujo en que Barral quedó en el banquillo, con el consiguiente problema para el equipo.
El caso es que el colchón de ventaja que tenía el Sporting quedó reducido a la mínima expresión y con preocupación de cómo está el equipo. El dato de los dos pivotes y la ausencia de Kike Mateo es motivo para meditar. Preciado lo sabe mejor que nadie. Por eso desea que lleguen las vacaciones de Navidad, con dos reválidas previas, la de Salamanca y ante el Alavés. No hay más solución que hay ganar los dos partidos. Y si alguno de los protagonistas habituales lo entiende como presión añadida, que lo asuma como tal, que más presión tienen muchos de los 6.000 que van a viajar a Salamanca para poder cuadrar las cuentas de su casa cada mes.
Toca esperar la llegada de Hidalgo y de otro delantero, sin olvidar la necesidad de un periodo de adaptación y que el colombiano no es un goleador contrastado. En la fase clasificatoria para la final de la Copa Mustang lleva un gol en cuatro partidos. Es un dato estadístico.
PD.: Tenemos otra lesión muscular. La de Iván Hernández. La tiene desde el viernes. Hoy, tres días después, van a hacerle una prueba. Si la hubieran realizado el pasado viernes, tres días ganados. Hablamos de un futbolista profesional y titular. El doctor Revuelta se reincorporará el martes de su puente vacacional.