No marcha bien la semana. Después del empate en Salamanca, se espera la visita del Alavés para despedir el año, con el objetivo de quemar el almanaque 2007 y celebrar las uvas con Ramón García en posiciones de ascenso.
Sin embargo, el día está retorcido. De Lucas se rompió, Omar y Roberto andan griposos y con fiebre, a Gerard lo mantienen los médicos ‘pendiente de evolución’ y Barral continua a la espera de las guerras de los despachos. Y todo esto se suma a las ausencias obligadas y conocidas de Iván Hernández, Andreu y Kike Mateo.
Como es norma, los ausentes se echan de menos. Los griposos estarán disponibles, lo mismo que el defensa catalán, que acabó el entrenamiento no sin problemas, pero con un amor propio que no le dejará en la grada. Seguro. El ilicitano jugó poco hasta ahora, pero se le valora por ser el único organizador específico de una plantilla que empezó fuerte en el centro del campo con la potencia de Matabuena y Míchel. Ahora, por el bajón físico se echa de menos a Andreu. En el caso de Iván Hernández, el buen momento de Jorge lo deja en un segundo plano. La ausencia que más se acusa es la de Kike Mateo, un futbolista fundamental, lo mismo que ahora a Barral.
Preciado está preocupado. El puesto de ariete lo trae a mal traer. El cántabro tiene preferencias. Por este orden, son Barral, Omar y Luis Morán. Por detrás estará Diego Castro, con Pedro y Pina en las bandas. La preocupación del míster tiene fundamento.
Queda fuera Karanka, quien en el entrenamiento de esta mañana fue utilizado con los suplentes en la prueba principal de la alineación del sábado. El vitoriano no tuvo ni fuerzas para pasar por la sala de prensa, en un momento que anímicamente parece bajo mínimos. No cuenta para el cuadro técnico, el sábado quedó excluido en la lista de los 18 del acta y quedó en la grada y se le quiere proponer su marcha anticipada, aunque en la planta noble no se le presentan al jugador o su padre, que es el representante, las intenciones del club. La trayectoria de Karanka en el Sporting tiene unas estadísticas negativas. Dos goles en dos temporadas y media, pero con una participación muy escasa. Si el vitoriano está pasando un calvario, con la llegada de Bilic y de Hidalgo va a ser milagroso que tenga sitio en alguna convocatoria. Si quiere jugar, vale más que negocie la rescisión de su contrato.
El caso es que para pasar las Navidades en ascenso hay que ganar al Alavés de Josu Uribe. El gijonés tuvo algún emisario ayer en Mareo, según saben en las oficinas del club, donde también tienen referencias de mensajes que el técnico enviaba a Kike Mateo cuando quería ficharlo y, de paso, disuadirle de que aceptara el ofrecimiento del Sporting. El técnico gijonés del club vitoriano no es muy querido en Mareo.
La semana está torcida. La única forma de enderezarla es con un triunfo el sábado. Cómo lograrlo es problema que nos resolverá el señor Preciado.