El Sporting ganó al Alavés, que era lo que más importaba, aunque el partido tuvo muchos aspectos que necesitan valorarse.
El partido marcó la polémica que durará algunos años entre Preciado y Uribe. Ya lo dijo el míster gijonés de los vitorianos, que esto del fútbol es largo y el Sporting tiene que ir a Vitoria. Será en mayo, el día 25, tres jornadas antes dle final de la competición. Si esa visita se produce con el Sporting en ascenso, los habitantes de Vitoria ya pueden ir preparando el de fin de semana en sus chozas rurales o de costa, porque la invasión rojiblanca va a ser mayor que la de Salamanca. En ese caso, volverá a ganar Preciado. Por cierto, ya el sábado por la mañana hubo sus más y sus menos en Mareo entre los dos técnicos, con cruce de palabras.
Lo positivo es que el sueño Navideño se hace en ascenso, como el año pasado, pero esta vez con ventaja. Mínima, pero ventaja. Las vacaciones vienen bien para recuperar a los lesionados. ¡Kike, te echyamos de menos! Y mucho.
Gerard se sumó a los infortunios y dejó paso a Jony, pendiente de irse cedido. Esa era la idea, pero es posible que Preciado no lo deje marchar ahora, por miedo a otra plaga de lesiones.
Me encantó el trabajo de Matabuena. Volvió a ser el de los primeros partidos. Cuando el dúo de pivotes controlan el centro, el Sporting es otro. Barral se reencontró con el gol, Diego Castro mantuvo su nivel, Omar marcó, por fin, esta temporada y el equipo mantuvo un orden fenomenal durante una hora. Luego, lo de siempre. Sastre, que estaba haciendo un gran partido, tuvo dos intervenciones, en un rebote con falta de consistencia y en una falta, precedente al gol de Aganzo, que le costó la expulsión. Son detalles que cuestan partidos.
Para Jorge debe haber mención especial. Parece que la suplencia le dio una agresividad que le faltaba en algunos grados en las campañas anteriores. Ante el Alavés se lo llevó todo por alto.
Y un detalle complicado de entender. Landeira de lateral izquierdo con Neru en el banquilo. Faltaban tres minutos y el descenso. Los apuros del gijonés los sufrimos en la grada. ¿No era menor el laredano para completar la defensa en ese tiempo? Si estaba en el bnanquillo, es de suponer que su preparación le permitía cumplir diez minutos en uno de sus puestos naturales.
Lo de balones fuera cuando hay un lesionado es parte de la polémica. Él banquillo alavesista se quejó de la falta de deportividad del Sporting en el primer gol. Antes, con otro jugador caído en el césped, los vitorianos no echaron el balón fuera. Y, en la jugada que Pablo Casar envía el balón fuera de los límites del campo, fue un despeje. Al menos, esa apariencia dio.
Pero, lo dicho, que Navidad en ascenso. Y si por Oviedo y sus alrededores siguen llamando al Sporting la angula, porque sube en Navidad y luego baja, que no olviden que este año puede que no haya veda hasta julio. No se olvidan de nosotros ni con un gran triunfo sobre el Tapia. El fútbol es así.
PD.: El canario Pérez Riverol empieza a hacerse famoso. La semana anterior la armó en Córdoba. Esta, en El Molinón. ¿Quién da más?
PD.: Ahora, Canella. Otra lesión muscular. El tema empieza a ser mosqueante. Y más trabajo para Toño Maestro y su equipo. Si los jugadores siguen así, no le devuelven la sonrisa.