Se acabaron las minivacaciones de Navidad. Cinco días pasan rápido. Demasiado. Que se lo pregunten a los artistas, que ya vuelven al trabajo. Al menos, la mayoría. El caso es que entre turrones, mazapanes y brindis, el año se acaba y Reyes está a la vuelta de la esquina, o sea, el partido de Córdoba, que futbolísticamente es el próximo objetivo. La clasificación está bastante apretada y aún quedan por disputarse 72 puntos. Es la cifra que puede valer un ascenso. El camino será largo, pero para todos. Se levanta el segundo telón, el de invierno, casi con más esperanzas que el de verano, cuando todos partían de cero. Ahora, el equipo rojiblanco arranca con dos puntos más que el cuarto.
El Sporting se presenta con novedades. Bilic es el primero. Hidalgo debería ser el segundo. El colombiano parece que no tiene prisa por llegar. No está identificado con el proyecto como el croata. Luego, cuando llegue, nos cantará y contará milongas, pese a que hace más de dos semanas que finalizó la competición de su país. Que si el visado, el de su hermano, el de sus padres o el de la vecina del quinto. Mal empieza el joven y desconocido goleador, si no le vemos el día dos de enero, como anunció su representante.
Pero no creo que importe mucho, por una o dos semanas, entre llegada y adaptación, porque Barral y Bilic están identificados y dispuestos a afrontar su guerra particular por un puesto, aunque, por sus cualidades, los dos son perfectamente compatibles. Además, Kike Mateo ya sabe lo que es jugar en la banda. Lo hizo en el Eibar y en el Hércules y muy bien, por cierto. El problema deberá resolverlo Preciado, quien prefiere este tipo de problemas antes que elegir con las ausencias de lesionados o sancionados.
Lo que sí debería hacer el Sporting es resolver la situación de Karanka. El jugador no vino solo, ni llegó a Gijón a ofrecerse. Fue fichado con insistencia de Eloy Olaya, que veía la solución a la falta de goles. En el equipo gijonés casi no tuvo oportunidades de jugar y cuando lo hizo, pocas veces dio la talla. Anímicamente está afectado. En el aspecto burocrático no se hicieron bien las cosas, lo que cuesta un pastón a la entidad. Parece que nos estamos olvidando del proceso concursal y de lo que aún se debe. Esta es la semana de las autonomías futbolísticas, Euskadi, que jugará el sábado, no se acordó del vitoriano. Andalucía sí llamó a Barral, que marcó anoche un penalti. Parece que no quería tirarlo nadie. Y si llegan a querer tirarlo, lo tuvieron claro con el ‘Kun’ Barral. Y con Galicia estuvieron Roberto y Diego Castro. Los internacionales tienen un día más de descanso.
PD.: En Córdoba tenemos que soportar a Mateu Lahoz, el árbitro de los penaltis de Soria. A Barral no le pitó que fue y a Gerard le señaló el que no hizo. ¿En Valencia no hay Óptica Navarro o Multiópticas?
PD.: Felicidades a Gelu Rodríguez, el intermediario que representa a la mayor parte de la plantilla rojiblanca. ¡A quién se le ocurre nacer un 28 de diciembre! ¿Será inocente?