El rojiblanco paraliza el fin de semana. Esta tarde, Zamudio, el Sporting B. Mañana, Castellón. Ese es el objetivo. Si los chavales nos dan una alegría, fenomenal, lo celebraremos. Sobre todo porque hace dos meses nadie pensaba que el equipo de Acebal pudiera llegar a donde llego.

Mañana todo estará polarizado en torno al partido de Castalia. Mente fría en el césped, mente caliente en las gradas. Esa es la recomendación. Luego hablaremos de celebraciones, que, por mucho que quieran organizar desde el Ayuntamiento, las explosiones de júbilo van a ser espontáneas.

Ya se sabe que Poniente es ese sitio artificial creado desde la Casa Consistorial, donde se quiere instalar cualquier idea de los ediles que mandan. Pero Begoña es otro sitio clásico, aunque mi modesta opinión me lleva a la playa, o sea, la de San Lorenzo. Las fuentes están bien para los pueblos que no tienen mar, con todo mis respetos para la diosa Cibeles.

El sportinguismo tiene fundamentos para pensar con optimismo y alegría. Mucho peor lo tienen los señores de la Real. Y algo menos mal los del Málaga, aunque a ninguno de los dos les vale el empate. Al Sporting, sí, pero eso obligaría a ganar la próxima semana al Eibar. Como dice Preciado, a ver si todo queda solucionado en Castellón, para evitar una semana de riesgos cardiovasculares.

PD1: Lamento que la propuesta de mi amigo Santi López haya sentado mal a algunos Sportinguistas. No iba más allá de las coñas marineras de la rivalidad que existen desde que nació el Oviedo. Pues Manfredo quería contratar Pepu, goleador del Caravaca en el Nuevo Tartiete, para hacer el saque de honor el día del Eibar.

PD2: El de la foto es Manolo Mesa, en un partido contra el rayo, en la temproada del ascenso de 1977. Es uno de los recuerdos que tiene en su colección fotográfica el buen amigo Ubaldo Puche.