Diego Castro se queda. La felicidad que tiene en Gijón vale más que la diferencia con lo que le ofrecían en Valladolid, Almería o Huelva. Incluso más que en Zaragoza y Murcia. Su prioridad es jugar en Primera y con el Sporting.
El jugador gallego siempre dijo que su primer objetivo era seguir en Gijón. Si no había acuerdo, analizaría otras propuestas que le llegaron a su agente. Cumplió su palabra. Es el primer refuerzo. Bienvenido. Le sigue Andreu, después de que el cuadro técnico recapacitara. Buen detalle.
Se preparan más refuerzos y algunas salidas. Se facilitará la marcha a Raúl Cámara, Neru y Pina. El colombiano Hidalgo se va y Chus Bravo se despide. Joni, Landeira y Noel Alonso irán cedidos. De Lucas es un caso a estudiar. Se había pensado una cesión, pero le queda sólo un año de contrato. No se confía en él, pero tampoco se le quiere dejar ir, por si acaso. Es uno de los pocos casos en los que parece que no hay seguridad.
Son nueve bajas que hay que reponer. Vega-Arango prometió hacer un equipo consistente para luchar por la permanencia. Preciado ya cambia el chip de categoría. Vendrá un organizador.
Me hablan muy bien de las cualidades de Cuellar, el portero que se va del Atlético para fichar por el Sporting, aunque ya salen a relucir los agoreros para decir que es un tío un poco especial. Si para bien, que es lo que nos interesa, como si se pone trenzas.
El caso es que la plantilla está en marcha. A ver si se sigue la media de aciertos. Si vienen siete, tres o cuatro serán buenos. Más los que ya hay, tenemos ciertas garantías para el objetivo de la permanencia.
PD1.: Lo cortés no quita lo valiente. Odón Elorza, alcalde de San Sebastián, últimamente criticado por Lillo, envió una felicitación al Sporting por su ascenso a Primera. La capital donostiarra mantiene buenos lazos de unión con Gijón. Es de agradecer el comportamiento de las autoridades.
PD2.: Leo al señor Montes Estrada en El Comercio, criticando, como no podía ser de otra manera, a sus contrincantes políticos, con el Sporting como arma. Aún recuerdo cuando presumía de sportinguista con una insignia en la solapa, en un pleno, para hacer un chiste fácil y populista. Ni es abonado, ni le gusta el fútbol. Parece que sólo usa al Sporting en las ocasiones que le interesa. Por cierto, no se le ve por El Molinón. ¿No sería mejor que se dedicara a poner sensatez en la obra del campo que lleva un año de retraso? A lo mejor es mucho pedir.