Dice el señor Sariego en El Comercio que el aforo de El Molinón aumentará. Aunque es político, tengo referencias de que es un gran sportinguista y apoyará al máximo en la medida de sus posibilidades. Sin embargo, no me parece que otros compañeros de su grupo en el Ayuntamiento tengan la misma sintonía en el grado de amor a los colores del equipo representativo de la ciudad.
El Sporting atraviesa un momento clave. Dos temporadas consecutivas en Primera División significarán la reducción de la deuda a cero. Pero, para ello, es preciso completar unos ingresos concretos y tener un campo digno. El de ahora no lo es, ni en aforo, ni en instalaciones.
La Ruta de El Molinón, empresa concesionaria de las obras, no tiene ninguna responsabilidad en todo este desaguisado, ya que cumplió escrupulosamente las condiciones de la subasta e incluso superó el ridículo importe inicial previsto para la inversión, que era de tres millones de euros.
En su momento, el Ayuntamiento prestó una colaboración importante, como lo hizo a lo largo de la historia. Por mucho que se llame SAD, el Sporting no es una entidad privada o no puede considerarse como tal. Una empresa particular no puede mover las pasiones que se desatan cada domingo y que se vieron magnificadas con el ascenso. El Ayuntamiento lo vivió en sus propias carnes, como lo palpan los señores concejales cada vez que van al palco.
En su momento, cuando sobraba el cemento, hasta le venía bien al Sporting repartir más de 2.000 localidades entre Ayuntamiento y Principado, para cubrir el espacio libre en las gradas. Ahora, esas localidades facilitadas pueden cuantificarse por partido en unos 80.000 euros, incluida la tarjeta ciudadana de niños, que permite el acceso gratis. Con los nuevos precios, al final de la temporada, ese convenio le supondrá al Sporting 1,6 millones de entradas regaladas, mientras que la contraprestación publicitaria es de 1,3 millones. ¡Vaya negocio!
Al margen de esperar las negociaciones para recortar las entradas gratis, mañana hay una reunión en el Ayuntamiento sobre el futuro de El Molinón. Vamos a ver el grado de sportinguismo que tienen nuestros representantes municipales. Lo del campo nuevo es algo que tiene descartado la señora alcaldesa, que tiene una visión de la realidad muy diferente a la de otros municipios, incluso de su misma nacionalidad política. Tal y como está la situación, podría encajar la famosa frase del galáctico Maceda: “Esto es lo que hay, hermanos”, aunque, en este caso, prefiero confiar en la palabra de Sariego.