El Sporting tenía el viernes encauzada la cesión del deportivista Rodri, con el gran inconveniente que significa negociar con Lendoiro. Ahora parece que se prefiere meditar mejor la incorporación programada para el centro de la defensa. Algo debió haber pasado entre bastidores. Tal vez que el presidente deportivista haya querido endurecer la negociación o que el consejo que preside Vega-Arango no estuviera convencido de la relación calidad-precio, para lo que necesita el equipo. A veces, es mejor invertir algo más a cambio de mayores garantías.

Rodri es un joven defensa, formado en la cantera del Barcelona. Con el primer equipo llegó a jugar en la Liga y un partido en la Champions. En el traspaso al Dépor, el club catalán se reservó una opción de recompra de 700.000 euros durante las dos últimas temporadas. Con el club coruñés jugó un partido liguero a su llegada y las primeras eliminatorias coperas, pero luego quedó en un segundo plano, en una plantilla en la que imperaba la veteranía. Por eso fue al Almería en la segunda vuelta.

El año pasado, ya con Lotina, tampoco contó en Riazor y optó por irse al Poli Ejido, en una temporada atípica, que crucificó a muchos jugadores. Entre otros, los ex rojiblancos Gerardo y Juan, que van a cambiar de equipo en un plazo máximo de dos semanas.

Volviendo a Rodri, las explicaciones que me dan colegas coruñeses, es que se un jugador fino, con buen desplazamiento de balón y un trato exquisito en la salida de su zona con el esférico controlado. Pero me hablan de un jugador lento y de poca agresividad. En El Ejido, donde no fue un titular indiscutible, me dicen lo mismo. Allí jugó muchas veces de lateral. Si es lento para jugar en el centro, ya me contarán cómo puede moverse en una banda.

Si Rodri es un clavo ardiendo ante la falta de alternativas en el mercado, es mejor quedarse con lo de la casa. No sé qué tipo de informes tiene el cuadro técnico rojiblanco, pero con los datos que llegan de Coruña y El Ejido, no sería un fichaje con atractivo para responder a la ilusión que tiene una afición que espera jugadores que mejoren lo que hay en los puestos que son clave.

El éxito en Primera pasa por pensar más rápido que el rival, en la capacidad de acierto y en una agresividad que no permita dejar pensar al contrario. Es así de sencillo, por lo que los refuerzos deben ir a tono de esa partitura.

El mercado está muy parado. Parece que se está a la espera de que el Real Madrid mueva la ficha correspondiente, para que la espiral de fichajes empiece a dar la vuelta a España. En ese momento puede tocarle algo al Sporting.