El ex concejal de Gijón y director general de Deportes del Principado pidió en varias ocasiones que me ‘moje’ en esta moda de racismo y xenofobia que últimamente está muy en boga.
La postura de Daniel Gutiérrez Granda me parece radical en contra de lo que es en el más puro sentido el racismo y la xenofobia. En eso coincido con su apreciación. En la teoría. En lo que no coincido es en que a Ultra Boys se les catalogue sólo por la palabra ultra. No creo que ese vocablo haya nacido en 1981 con esta peña con el sentido más estricto de lo que se entiende como ‘ultra’, que tiene un sonido nacista.
Puede que los jóvenes que forman parte de Ultra Boys sea un reflejo de una parte de la juventud gijonesa. Hubo una época en la que este grupo salía más en las páginas de sucesos, por hechos que se reflejaban en los partes policiales que se transmiten a los medios informativos. Y cuando cometieron hechos repudiables, se divulgó enlos periódicos. Incluso la Comisión Antiviolencia llegó a situar a los hinchas rojiblancos como de los grupos peligrosos del fútbol de nuestro país, mientras se conocían asesinatos en Madrid y Galicia con grupos que siembran pánico. En el entorno de los rojiblancos no se llegó a nada ni parecido.
Me parece que desde hace unos cinco años, la imagen de UB está dando un giro. Y lo mismo que esta peña fue censurada cuando se lió a palos con los Riazor Blues o los Celtarras, por poner algún ejemplo, (no voy a entrar quien empezó las provocaciones y quien respondió) es justo reconocer los actos de hermanamiento que tuvo recientemente con los Yomus de Valencia o con la marea verdiblanca que vino a Gijón, todos juntos en casa Aurora, sin olvidar el partido del centenario que nadie se atrevió a organizar. Dicho sea de paso, en aquel partido, el Principado adquirió localidades a los organizadores y el Ayuntamiento estuvo representado en el palco presidencial.
Me postulo en contra del racismo y la xenofobia, pero lo mismo que censuro el insulto. A ver si llamar negro a un negro es pecado o un desprecio y mentar a la madre de un árbitro o decirle de todo a un entrenador rival o al portero contrario sean simples expresiones futboleras.
Por cierto, el día del Getafe, los gritos que se le tributaron a Guerrón, fue un brote que en el mismo Fondo Sur se cortó. El que más lo escuchó fue Pérez Burrul, el árbitro, que estaba más a lo que salía de la grada que a las faltas previas a los goles del Getafe. Las cosas son como son, pero también hay que saber interpretarlas y tener una tolerancia. En el Sporting contamos con un jugador de color, omo es el holandés Colin, y nadie, que se sepa, mostró posturas racistas.
No sé si don Daniel se dará por satisfecho con la respuesta a su solicitud, pero es mi opinión, personal e intransferible. Sn embargo, lo que más me preocupa ahora es el partido de Barcelona, contra el Espanyol.