Es la novedad para jugar en el Estado Olímpico de Montjuït, también llamado Lluís Companys. El recuperado Carmelo volverá a una alineación en la que Preciado recupera el 4-2-3-1, en detrimento de Barral. El míster esperaba por el canario como agua de mayo, lo mismo que ahora echa de menos a Míchel, aunque sea para un recambio, aunque tiene a Andreu, que parece en forma, después de su última lesión.

La presencia de Carmelo en el once titular fue la prueba principal de un ensayo en el que el míster parece haber descubierto sus cartas. Tampoco tiene mucho donde elegir, conociendo sus ideas. Además, los jugadores que quedan fuera de los planes de los once ya saben que no serán de la partida. Se les vio en sus rostros al finalizar el último entrenamiento.

Preciado lo tiene todo dispuesto en su equipo para enfrentarse al Espanyol. Sólo tiene el problema de los campos para los entrenamientos, que parece que es peor que el que había hace cinco años, cuando Marcelino tuvo que peregrinar buscando hierbas sintéticas por Tremañes, Montevil y Roces. Ahora, hasta El Molinón tiene problemas. Con el señor Rubiera eso no pasaba.

Hasta El Molinón está pesado. Las lluvias fueron intensas, pero el problema está en que las superficies están mal. El Molinón precisa un levantamiento y una aplicación de limpieza y mejoras en los drenajes. Los campos de Mareo llevan 30 años así. Ponerlos a tono cuesta dinero y aquí nadie quiere gastar un euro, pero en Primera División se necesita más un campo en condiciones, para jugar y para entrenar, que un chárter para viajar o un jacuzzi para relajarse.

PD.: Me cuentan que mi amigo Angelín Fernández, de Radio Asturias y Localia, me puso de vuelta y media por no poner las comas en su sitio. Tiene razón. No todas las faltas en un área son penalti, pero si hablo de las acciones que pasó por alto el vallisoletano Rodríguez Santiago ante el Betis, un empujón y un agarrón son penalti. De todas formas, muchas gracias por la aclaración, por la matización y, por supuesto, por seguir este blog sportinguista. No cabe duda que haber sido vecino de Gijón tantos años siempre deja un buen poso. Aprecio que el Sporting es la referencia incluso para Ángel, que tiene fama, creo que sólo para la galería, de ser uno de los oviedistas más acérrimos, papel que desarrolla a la perfección, porque para eso es un actor inmejorable, como los de la carátula del film ‘El niño del pijama de rayas rojiblancas’. Él sabe perfectamente que el Sporting es el equipo de Asturias, aunque es entendible que de algo hay que vivir. ¿Volveremos?